Aguascalientes.— El segundo piso del Palacio de Gobierno se cimbró: “¡Presente!”, respondieron policías en activo en el pase de lista del secretario de Seguridad Pública, Porfirio Sánchez Mendoza, de los capitanes Olegario Andrade Zamorano y Víctor Manuel Valdez, así como los artilleros Juan Humberto Rincón y Alejandro Serafín.

Todos ellos, los cinco, son las víctimas mortales de la caída del helicóptero Águila 1, la mañana del pasado jueves, en el municipio de Jesús María.

Un minuto de silencio pidió la gobernadora María Teresa Jiménez para los elementos que cumplieron con su deber hasta el último momento, ante la presencia de sus seres queridos. Sus imágenes enfrente de cinco ataúdes daban cuenta de su misión.

“Hoy recordamos su memoria para no olvidar nuestro compromiso con Aguascalientes. Por ellos, por Aguascalientes, por su seguridad, seguiremos adelante en lo que ellos hubieran querido, en lo que ellos hubieran hecho y es lo que haremos sin descanso”, afirmó la mandataria visiblemente consternada.

La gobernadora enfatizó que se seguirá fortaleciendo la coordinación entre los tres niveles de gobierno. “Lo digo con firmeza: Aguascalientes se mantendrá seguro, esa es la mejor manera de honrar a los que hoy se nos adelantaron. Asumimos el reto y lo cumpliremos con honor y lealtad. La seguridad es una responsabilidad que llevaremos a cabo sin relajamiento ni distracciones”, matizó Jiménez.

A los deudos, les hizo entrega de las banderas de México que cubrían los féretros. El llanto de las cinco familias conmovió a varios agentes que, a pesar de estar en postura solemne, no pudieron aguantar el llanto y se limpiaron las lágrimas.

Poco antes del acto en el Palacio de Gobierno fue oficiada una misa en la Catedral para los cinco elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, a quienes la gobernadora ha calificado como héroes, pues asegura que el piloto realizó una maniobra evasiva para evitar caer sobre las unidades habitacionales que había alrededor de donde ocurrió el percance.

Durante la misa de cuerpo presente, el sacerdote dio consuelo a las familias y a compañeros de los policías que se entregaron por el bien de la ciudadanía y murieron, y encomendó a la Virgen de Guadalupe a los elementos de seguridad que procuran el bien, para que los cuide y los guarde.

El prelado elevó sus plegarias por los policías fallecidos: “Ahora en ese vuelo a la eternidad, que Dios los reciba en el banquete celestial”, expresó ante una iglesia llena de agentes de la corporación que acudieron a despedirse de sus compañeros.

Al salir del templo, un cortejo de policías abrió paso a los cinco ataúdes para tomar rumbo a las oficinas gubernamentales.

Fueron seguidos por decenas hombres y mujeres que llegaron de diversos rumbos, hasta el edificio de Gobierno del estado y en todos había la misma expresión de tristeza.

La noche del jueves, la gobernadora Teresa Jiménez acudió a las instalaciones de la corporación estatal para el pase de lista y dar un mensaje a los elementos de la institución.

Aseguró que se sentía orgullosa porque todos los días arriesgan su vida para que Aguascalientes sea un mejor lugar.

Resguardan evidencias

La escena donde cayó el helicóptero se encuentra bajo resguardo de policías estatales y elementos de la Guardia Nacional. Los restos del helicóptero que se desplomó e incendió en un terreno baldío fueron cubiertos con una carpa, aunque parte de la aeronave sobresale.

Las acciones son para la preservación del lugar y de los indicios, a efecto de que no se contamine el hecho que se encuentra en proceso de investigación, explicaron autoridades.

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