Juchitán.— Desde la desviación a la comunidad de Emiliano Zapata, Chiapas, hasta el acceso al poblado de La Blanca, Oaxaca, en una ruta de unos 100 kilómetros sobre la carretera Panamericana 190, decenas de mototaxistas circulan sin regulación y altas velocidades, a costa de la seguridad de los migrantes.

Desde que el Instituto Nacional de Migración (INM) convirtió al municipio oaxaqueño de San Pedro Tapanatepec, en la nueva frontera sur de México, a partir de fines de julio del año pasado, cuando instaló un campamento que durante cinco meses entregó permisos de ingreso a medio millón de migrantes, los mototaxistas sin escrúpulos, no todos, descubrieron “un filón de oro”.

El presidente municipal de San Pedro Tapanatepec, Humberto Parrazales, y su homóloga, la alcaldesa de Santo Domingo Zanatepec, Tania Isabel Escobar (morenistas), poblaciones ubicadas en la zona oriente del Istmo, lamentan que ninguna corporación federal o estatal regule la prestación de ese servicio de trasporte sobre la carretera federal.

Ambas autoridades recordaron y lamentaron el accidente que provocó la muerte de cuatro migrantes africanos, quienes viajaban a bordo de un mototaxi que fue embestido por una camioneta sobre la Panamericana. Los ediles dicen que están atados de manos, porque el transporte de esa modalidad no es su competencia.

Desde el año pasado, recuerda el edil Parrazales, “le pedimos a los mandos de la Guardia Nacional (GN), al INM y a la Secretaría de Movilidad del gobierno de Oaxaca, que prohíban a los mototaxistas circular sobre la carretera federal con hasta cinco migrantes apretujados en ese pequeño espacio de un transporte ligero de tres llantas diseñado para dos personas y el conductor.

“Nos preocupa la inacción de las autoridades federales, es un tema que tiene que ver con la carretera Panamericana donde circulan autobuses, pipas con todo tipo de combustibles y tráileres de dos remolques con carga de cemento, o de otros productos como frutas y lácteos. Antes del accidente ya habíamos advertido esa posibilidad”, acusa Parrazales.

De enero al mes de junio de este año, dice, los cuerpos de rescate como protección civil y de los servicios de salud del hospital comunitario, tienen un registro de 150 accidentes de mototaxis en el tramo de 50 kilómetros de la población chiapaneca de Zapata a Tapanatepec.

En Zanatepec, circulan unos 300 mototaxistas que, desde la llegada masiva de migrantes, olvidaron prestarle el servicio a la población. No es lo mismo cobrar 15 pesos por viaje, que ir por los extranjeros hasta El Jícaro y llevarlos a la terminal de autobuses. Un viaje de 15 minutos les cobran 300 pesos por persona.

Las familias de Zanatepec están molestas porque el servicio de mototaxis está concentrado en el traslado de los migrantes, señala la presidenta municipal Tania Isabel Escobar y se supone que ingresaron para prestar el servicio a la población.

Tanto Tania Isabel Escobar, como Humberto Parrazales, advierten que si las autoridades estatales de Movilidad y la GN no intervienen para evitar que esas pequeñas unidades circulen sobre la carretera federal, el riesgo de nuevos accidentes es latente.

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