Cancún.- En una hoja sin membrete y esta vez sin hacer alarde de su cargo, el encargado de despacho del en Cancún, Raúl Bermúdez Arreola, ofreció una “disculpa” pública por haber ofendido, insultado y amenazado a personal de administración del residencial Isla Dorada , en donde opera un gimnasio que amagó con clausurar, sin tener facultades para ello.

“Quiero ofrecer una disculpa por el inexcusable comportamiento que tuve durante una llamada telefónica con el personal de Isla Dorada.

“Desafortunadamente no guardé la tranquilidad y me comporté de una forma inaceptable. Lamento profundamente que se proyecte una imagen contraría a los valores con los que siempre he tratado de conducirme”, expuso el funcionario, en un texto de cinco párrafos.

Bermúdez Arreola, quien “de cabrón a cabrón” le advirtió a un empleado de Isla Dorada que haría valer su “autoridad” como representante del Fonatur, en represalia por no atender sus demandas -como condómino- expresó en su carta que “lamentaría mucho” que su comportamiento pusiera en entredicho el compromiso profesional y la integridad que -dice- ha guiado su conducta como encargado de despacho del Centro Integralmente Planeado (CIP-Cancún).

“La forma en que actué es ajena a las políticas y temas relacionados a dicha institución (…) Extiendo mis disculpas a la sociedad de Cancún y me comprometo a conducirme con respeto y consideración hacia los demás, siempre de acuerdo a la responsabilidad que he asumido como servidor público”, sostuvo.

El también encargado del tramo 5 del Tren Maya, que va de Cancún a Tulum, mencionó en su carta que, “momentos después del suceso” se comunicó con el presidente del Comité de Vigilancia del residencial; y añade que acordó sostener una reunión -hoy- en la que se disculpará “personalmente” con el empleado que insultó, intimidó y amenazó.

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El “suceso” ocurrió hace más de 28 días, cuando Bermúdez Arreola tomó el teléfono y se comunicó con la administración del residencial Isla Dorada. En principio, reclamaba que, debido a las restricciones sanitarias definidas por el Comité de Vigilancia para prevenir contagios de coronavirus, el aforo del gimnasio era reducido y nunca podía reservar su lugar con tiempo.

En consecuencia, propuso al empleado que le tomó la llamada, cambiar las reglas que descalificó, por “ridículas”, o descontarles a él y al resto de condóminos que se quedan sin entrar al gimnasio, el pago por ese servicio.

Ante la negativa de su interlocutor, el funcionario enfurece, comienza a alzarle la voz, a hablarle con majaderías y a amedrentar con su cargo en Fonatur.

“Y también así me voy a poner cabrón. O sea, de cabrón a cabrón, yo también tengo cómo hacerle”, “te voy a demostrar para que veas cómo si se puede; también así como tú eres, te voy a apretar”, “yo sí te voy a poner en tu lugar y esto es por Fonatur, ¿eh?”, son algunas de las amenazas que utilizó el funcionario, quien termina exigiendo ser comunicado con el presidente del Comité de Vigilancia -Juan Pablo Gutiérrez- mientras el empleado le indica que le hará el enlace en ese momento o le dará un contacto telefónico.

A casi un mes de aquello, el audio de esa conversación se dio a conocer ayer. En redes sociales, el funcionario fue bautizado como #LordFonatur.

En respuesta, el director general del Fondo, Rogelio Jiménez Pons, declaró ayer mismo a EL UNIVERSAL- que Bermúdez sería amonestado, que tendría que disculparse y que de repetirse esa conducta sería cesado.

afcl/acmr

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