Ciudad Juárez.— Más de mil 691 kilómetros recorrieron desde Morelia hastay Lupita, una pareja de 30 y 22 años, que tuvieron que huir de la violencia y las amenazas de las que fueron víctimas de quienes, aseguran, eran integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Ambos fueron víctimas de un secuestro hace dos años en el que sus agresores los torturaron, golpearon e, incluso, abusaron sexualmente.

“Me dijeron que si quería ver a mi esposa la iban a violar o que si quería que me hacían eso a mí. Yo, con tal de que no le hicieran daño a ella, les dije, ‘háganme todo lo que quieran’. Me hicieron muchas cosas, pero no importó, también le hicieron muchas cosas a ella”, expresó Juan, quien desde hace seis meses vive junto con su esposa e hija en la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, y decidió omitir su identidad real por miedo a ser encontrados.

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“Yo trabajaba en un ranchito, El Devanador, y ella [su esposa] vivía en Morelia con mi mamá; todo empezó ahí en el rancho. A mí me gusta mucho trabajar en el campo, en la siembra y eso, y haga de cuenta que donde estaba mi pedacito donde sembraba estaba un espacio donde ellos [los cárteles] hacían cosas malas y yo nunca me metía con ellos ni nada, pero me decían que un día que les cayera el gobierno iban a ir sobres de mí”, aseguró el joven.

Con la llegada de la Guardia Nacional a la zona, se registró un operativo en el que se quemó parte de la siembra que los cárteles tenían a un costado de donde laboraba Juan, por lo que lo acusaron de dar información a la autoridad.

“Yo les dije que no, les cayeron como tres veces y fue ahí cuando a mí me agarraron en el rancho y a ella hasta Morelia, y de ahí nos secuestraron. A mí como un mes y medio y a ella un mes, y en ese transcurso nos hicieron muchas cosas”, mencionó.

Después de ser liberados, fue cuando la pareja buscó llegar hasta la frontera para pasar hacia Estados Unidos. Con el apoyo de sus familiares, ella salió primero de Michoacán embarazada y después Juan. Así, ambos cruzaron la mitad del país para llegar hasta Ciudad Juárez y entrar a la Casa del Migrante.

Sin embargo, dejar todo en su natal Michoacán trajo consigo un sinfín de emociones y dolor.  “Para mí, más que nada, son muchas cosas que dice uno ¿por qué? De un ratito a otro cambian las cosas. Yo sembraba mis cositas, maíz, papaya, para tener mi casita y de un día para otro abrí los ojos y ya no estaba ahí. La verdad se siente bien feo”.

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Intimidación

Llegar a la Casa del Migrante no fue del todo un alivio para la pareja, ya que continúan recibiendo amenazas.

“Me gana muy feo la desesperación de irme de aquí, más que nada porque me están mande y mande mensajes de cosas feas que me dicen, me van a hacer ahora sí”, mencionó.

Su esposa Lupita aseguró que ya saben de su bebé e, incluso, conocen dónde están.

Como refugiados en Ciudad Juárez han buscado solicitar el asilo político a Estados Unidos; sin embargo, no han recibido respuesta sobre cómo va su caso o si, mínimo, será tomado en cuenta.

Sitio de resguardo

“Yo estoy muy agradecido con todos los de aquí porque nos han ayudado mucho. Yo les ayudo a juntar la basura y hacer cositas aquí”, añadió Juan.

En la Casa del Migrante de Ciudad Juárez hay más de 398 personas, de las cuales la mayoría son mexicanas y otras más centroamericanas.

Ivonne López, coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Casa del Migrante, comentó que los desplazados por la violencia son originarios de Michoacán, que vienen huyendo del crimen organizado.

Por su parte, Óscar Rodríguez, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, publicó en los registros preliminares de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos que durante 2021 fueron desplazadas internamente 44 mil 905 personas en México, principalmente de Michoacán, Chiapas, Guerrero, Zacatecas y Chihuahua.