Juchitán.— Faltaban unas horas para el inicio del nuevo ciclo escolar en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) 205 de Juchitán y los docentes aún no tenían claro cómo acomodarían en 18 aulas a los mil 700 alumnos de los turnos matutino y vespertino. Desde 2020 fue suspendida la reconstrucción del plantel, dañado por el sismo de 2017, y no alcanzan los salones.

A seis años del terremoto que devastó al Istmo de Tehuantepec el 7 de septiembre de 2017, en las instalaciones del CBTIS 205 faltan por reconstruir ocho aulas que están en obra negra, —sin puertas, ventanas ni pisos—, la plaza cívica, dos módulos de sanitarios y un centro de carga, explica el subdirector académico, Eduardo Toledo Molina.

Datos oficiales indican que la noche del sismo —cuya intensidad fue de 8.2 grados y el Servicio Sismológico Nacional considera el terremoto más poderoso en México del último siglo— se dañaron más de 5 mil escuelas, principalmente en el Istmo de Tehuantepec.

Para reconstruirlas, los gobiernos federal y estatal de entonces contaron con diversas fuentes de financiamiento: el extinto Fondo de Desastres Naturales (Fonden), pólizas de aseguradoras y el Programa Nacional de Reconstrucción (PNR).

Pese a ello, por todo el estado todavía hay cientos de escuelas que no fueron reconstruidas plenamente y permanecen como obras inconclusas: faltan bardas, baños, techos, pisos, ventanas y puertas.

Tan sólo en el Istmo, de una muestra de 38 escuelas dañadas, hay 15 sin avances en su reconstrucción, que ya fue pagada.

Doble tragedia

De acuerdo con datos del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Educativa (IOCIED), a cargo de Alejandro López Jarquín, se estima que en la reconstrucción de escuelas hubo un desfalco o malversación de fondos de al menos 100 millones de pesos, por lo que la dependencia está abriendo procesos administrativos y legales contra quienes resulten responsables.

El pasado 26 de julio, el titular del IOCIED informó que están documentando todas las irregularidades cometidas y denunció actos de corrupción y saqueo, pues la mayoría de las escuelas están abandonadas en materia de reconstrucción.

López Jarquín citó como ejemplo siete instituciones de nivel preescolar en Juchitán. En esos planteles las irregularidades ascienden a 7 millones 133 mil pesos: “Las constructoras cobraron, pero no ejecutaron las reparaciones. Huyeron, no sabemos dónde están”, expuso.

Uno de esos planteles es el Jardín de Niños Héroes del 5 de septiembre, para el que se autorizaron 3 millones 575 mil pesos que la constructora no aplicó y dejó a la escuela con 0% de avance, por lo que los niños reciben clases en casas particulares.

En un reporte del IOCIED, que forma parte del acopio de la información que permitirá el inicio de procedimientos sancionatorios y del que EL UNIVERSAL posee una copia, se registra que en el municipio de Guevea de Humboldt, en la sierra mixe-zapoteca, hay un albergue pendiente de reconstruir, y tres escuelas en Ciudad Ixtepec.

Además, en el municipio de Santiago Laollaga hay tres planteles con pobres avances físicos y, como en las otras escuelas, las constructoras cobraron y se fueron.

“No habrá impunidad y tampoco borrón y cuenta nueva, por eso estamos documentando todas las irregularidades que se cometieron en la administración pasada. No podemos permitir que el saqueo de los recursos destinados a la reconstrucción quede impune”, prometió el titular del IOCIED.

El reto es mayúsculo si se toma en cuenta que, de acuerdo con la 65 Legislatura del Congreso de Oaxaca, la reconstrucción de escuelas estuvo plagada de obras inconclusas, desvío de recursos públicos y la contratación de empresas fantasma.

Las obras estuvieron a cargo del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física y Educativa (IOCIFED), que en el gobierno pasado estuvo bajo el mando de Adolfo Maldonado Fuentes, a quien diputados locales acusaron en noviembre de 2022 del desvío de 29 millones de pesos.

Años de abandono

Ante los nulos avances, docentes y padres de familia de la secundaria General Alfonso Luis Herrera, del municipio de San Francisco Ixhuatán, demandan que intervengan las autoridades para que se construyan los edificios de tres talleres y cuatro salones, que se reparen los techos de los baños y un laboratorio.

En esta secundaria, tras el terremoto, se construyeron dos galeras con techo de lámina con maderos —que desde entonces se usan como salones provisionales—, pero ya están deteriorados y representan un riesgo para los alumnos: “Por eso es necesario que intervengan las autoridades. Por el calor o por las lluvias no se puede trabajar en esas condiciones”, señala el director del plantel Juan de Dios Cruz.

Lo mismo piensan en el CBTIS 205 de Juchitán, el mismo plantel que lleva tres años detenido.

“Los padres de familia y los docentes estamos pensando en organizar una protesta (...) para exigir que se concluya la reconstrucción”, señala el subdirector académico, Eduardo Toledo Molina.

“No descartamos que vayamos a bloquear la carretera. Tanto el presidente de los padres de familia, Prisciliano Gómez Cuevas, como el dirigente magisterial de la delegación sindical D-II-109, Carlos Betanzos Antonio, nos han dicho que se debe hacer algo para que la escuela cuente con todas las aulas, talleres y laboratorios que hacen falta”, agrega el docente y directivo.

Jóvenes, docentes y padres de familia no ven otra ruta para exigir la atención de las autoridades, que se termine el abandono e impedir que se sigan acumulando ciclos escolares sin contar con espacios dignos para estudiar en el Istmo de Tehuantepec, región a la que le faltan muchos años para recuperar la normalidad tras el terremoto.

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