Hace 27 años, mientras formaba parte de Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, puesta en escena que luego llegó al cine, Jesús Ochoa tenía una figura especial del líder revolucionario al que interpretaba.

“¡Estaba muy bonita, tenía un beso rojo de Diana Bracho atrás y por delante, otro de Laura Almela!”, recuerda bromista.

A unos cuantos pasos, Bracho, quien era su compañera en escena, sonríe.

La actriz recuerda que en aquella época, tras actuar en la obra, le gustaba ver el segundo acto desde las butacas del Teatro Helénico, donde permanecieron por casi un año.

“Era para ver a Laura (Almela) que zarandeaba al protagonista, la admiraba y decía: ¡ésta es la mejor actriz de México!”

Ayer ambos asistieron como invitados de honor para conmemorar los 27 años del estreno original y ver la nueva versión de Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, cuyos papeles recaen en Gabriela de la Garza y Fernando Bonilla.

De la Garza es la chica enamorada de un hombre (Moisés Arizmendi), obsesionado con Pancho Villa (Bonilla), quien se aparece en forma de alter ego para aconsejarlo en su tono machista.

“Era en aquel momento una obra adelantada, porque era ver a esta mujer de 40 y pico de años en una relación con el amigo de su hijo y el macho salía muy mal parado”, destaca Bracho.

La obra, donde también estaba Juan Carlos Colombo, se montó por varios meses también en el Xola y se fue de gira. En 1996 se llevó a la pantalla grande con Bracho y Ochoa.

“¡Y la verdad me gustó más la película!”, confiesa el actor.

“¡Traigan la pistola!”, responde Isabelle Tardán, codirectora del filme y ahora presente durante los festejos en el Teatro Rafael Solana.

“Toda la historia comenzó en 1993 y ahora recordamos eso”.

Sabina Berman, autora de la obra, no asistió por compromisos previamente contraídos.

“La mujer se está volviendo Pancha y no en los errores (masculinos) sino en la fuerza”, considea Ochoa.

“Claro que Villa era machista, pero este Villa se puede contar en cualquier tiempo, a éste (en la obra) no se le trae a la guerra en el campo de batalla, sino en el campo del amor, donde está empecinado de hacerlo a su modo y nada más no puede”, apunta Ochoa.

“El personaje de ella se libera y eso es lo que se ve”, agrega Bracho.

A la temporada de la puesta en escena Entre Pancho Villa y una mujer desnuda le quedan cerca de dos meses en cartelera.

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