Uno de los slogans del productor Morris Gilbert versa: “no dejes para mañana el buen teatro que puedes ver hoy”. Hoy con respecto al tema y en tono bromista comenta: “¿ven?, se los dije”.

Y es que desde hace semanas los teatros de México y de diversas partes del mundo, así como parques, cines y otras áreas están cerradas como medida para contener la pandemia por el coronavirus.

“La vida hay que vivirla en el momento y aprovechar lo que nos da nuestro país y no postergar las cosas. Siento que mucha gente que ha oído de una obra o tiene referencia de una obra no tiene prisa de asistir. Ahora aunque quiera ir no hay”, dice.

Morris comparte que es un momento difícil y se siente como en la dimensión desconocida. Relata que tan sólo en la última función de Mentidrags fue tal la respuesta del público que pensó que ya no podía llegar a más y ese sentimiento de júbilo se vio interrumpido con esta desgracia.

“El día que salgamos de este problemón en el que estamos ahora, no sé cómo va a estar el mundo, la economía, la sociedad. Me entran miles de dudas y temor de si podremos regresar o no al teatro y si yo voy a poder esperar porque tampoco me cuezo al primer hervor.

“Me duele muchísimo, mi adicción al teatro es completa, entonces de pronto soy un adicto sin su droga llamada ‘la función’. Pero por supuesto que entiendo que tenemos problemas más serios hoy en el planeta que es la vida y la salud de todo el mundo”, apunta.

Uno de los próximos grandes estrenos del productor es Aladdín, el musical de Broadway programado para estrenar en noviembre.

“Acabábamos de terminar de elegir y contratar al reparto y tenemos avanzada la cuestión de producción, no percibo ningún peligro para ese proyecto”, indica.

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