¿Dónde?: Netflix

En la década de los 80 comenzó una guerra por ser el mayor héroe del cine de acción y Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger eran los principales contrincantes.

Si bien Stallone ya brillaba gracias al éxito de "Rocky" (1976), el campeón de fisicoculturismo, Arnold Schwarzenegger, estaba decidido a triunfar también dentro de la actuación y, aunque comenzó a aparecer en filmes primero sin éxito (en “Hércules en Nueva York”, de 1969, le doblaron la voz por su marcado acento alemán y lo acreditaron como Arnold Strong), poco a poco se fue colocando.

Mientras Stallone protagonizaba en 1982 “Rocky III” y “Rambo: primera sangre”, Schwarzenegger se daba a notar con “Conan el bárbaro” el mismo año, pero un rol definitivo llegaría sólo dos años después, en 1984, cuando se hizo del papel antagónico en “Terminator”, de James Cameron.

De todo esto da cuenta la docuserie “Arnold”, recién llegada a Netflix, y que ahonda en la historia del deportista, su llegada a EU, su establecimiento como actor y su carrera política, así como conflictos familiares.

Es en el segundo de los tres episodios donde más se indaga en su carrera actoral, con testimonios de personajes que trabajaron con Arnold, como James Cameron y Linda Hamilton, y, sorpresivamente, el propio Sylvester Stallone:

“Arnold vino con todo, creamos una rivalidad como Ali y Frazier o de grandes guerreros que comparten el mismo camino y sólo había espacio para uno. Teníamos distintos estilos de actuación. Él era superior, tenía todas las respuestas, el cuerpo y la fuerza. Ese era su personaje, yo intentaba ser el tipo de hombre que no era demasiado talentoso, me pateaban el trasero constantemente mientras que Arnold nunca terminaba herido”, se le escucha decir en el episodio.

“Éramos increíblemente antagónicos. No aguantabamos ni estar en la misma habitación, la gente tenía que separarnos. Él quería ser el número uno, por desgracia lo logró”, admite Stallone.

Schwarzenegger también reconoce el trabajo de su contrincante en la pantalla, pues señala: “Sin Stallone quizás no hubiera tenido la motivación en los 80 para hacer ese tipo de películas y esforzarme tanto. Soy una persona competitiva, toda mi vida ha sido así”.

Sin duda, una rivalidad que nos dejó grandes películas de acción que hoy son clásicos del cine.


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