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Entre violines, flautas y mariachis, Pepe, Ángela y Leonardo Aguilar conquistaron los oídos de un público diverso al lado de la Orquesta Sinfónica de Minería la noche del miércoles en el Auditorio Nacional.

Un recinto lleno recibió entre aplausos a Ángela, quien portando un vestido rojo con detalles bordados y con perfecto dominio corporal sobre el escenario, se llevó los aplausos de la gente.

Luego de interpretar “Cielo rojo”, Ángela dio la bienvenida a su hermano mayor:

“Muchísimas gracias. Ahora quiero invitar al escenario a mi hermano el grande. Con ustedes, Leonardo Antonio Aguilar”, expresó con emoción.

Con el carisma que lo caracteriza y con la intensión de demostrar que el talento corre por la vena de los Aguilar, Leonardo robó suspiros y silbidos al por mayor, agradeciendo el recibimiento del público.

“Estoy muy feliz de estar aquí con todos ustedes, pero sobretodo de formar parte de esta gran causa y quiero que antes de que continuemos le den un muy fuerte aplauso al Mariachi Zacatecano”, dijo consiguiendo que el público explotara en aplausos.

La Orquesta Sinfónica de Minería también brilló en solitario, y bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, logró cautivar con su coordinación y bien ensayado ensamble al Coloso de Reforma.

El escenario, organizado para esta gala titulada Para México, se hizo a beneficio de la Fundación Comer y Crecer, que daría después la bienvenida a Pepe Aguilar, quien dedicó su primer tema a los enamorados interpretando “Directo al corazón”.

“Es un gran placer y un gran orgullo estar esta noche cantando para ustedes acompañado por una de las orquestas sinfónicas más importantes del continente y orgullosamente mexicana, la Orquesta Sinfónica de Minería, magistralmente dirigida por el maestro de maestros, Enrique Patrón de Rueda”, expresó el cantante, con lo que consiguió una vez más una ovación para sus integrantes, tras la cual, continuó:

“Vamos a seguir esta noche con muchas canciones románticas, de aquí van a salir enamorados. Los que vengan solos van a salir acompañados y los que ya vengan enamorados, probablemente van a salir embarazados”, dijo bromeando.

Después de interpretar “Más alto que las águilas”, Aguilar invitó al público a conocer el trabajo de la fundación y dijo estar seguro que el futuro puede mejorar si se le pone atención a la infancia. “Qué bonito que vengan a divertirse y que sirva para una causa hermosa que se llama Comer y Crecer. Yo los invito a que conozcan esta fundación y a que vean de qué se trata, se van a enganchar, porque definitivamente el futuro de nuestro país y del planeta entero está en la juventud, en las nuevas generaciones, y estas requieren de todo el apoyo que sea posible”.

El cantante deleitó después con el tema “Por una mujer bonita”, que dedicaría a todas las mujeres, para más adelante hacerse acompañar por sus hijos en el escenario y cantar a su lado un popurrí con el que desmontaron su bien engrasada química.

Luego de que la gente pidiera a gritos que Pepe Aguilar volviera, incluso cuando ya se habían encendido las luces del recinto, el cantante salió nuevamente en compañía de su mariachi para rematar una velada que transitó entre la música clásica, el huapango y los mariachis.

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