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ya no estaba vivo cuando se estrenaron tres de sus películas, la muerte lo sorprendió el 15 de abril de 1957 , nadie podía creer que la estrella de cine había muerto, las estaciones de radio informaban que el avión en el que viajaba el actor mexicano había sufrido un accidente en Mérida, esta vez fatal.
Adultos y niños lloraron la desaparición de una de una de las figuras consentidas del cine mexicano, las fotografías de la época mostraron que los restos del intérprete de “Cien años” fueron trasladados dentro de una bolsa negra y en una caja.
Cuando llegaron a la capital del país, la Ciudad de México se volcó a despedir al simpático galán de la Época de Oro , los pésames se multiplicaron por todos lados; los fans más pequeños de Infante hicieron guardia a su féretro.
Medio centenar de personas tuvieron que ser atendidas por la Cruz Roja el día del entierro de Pedro en el Panteón Jardín , desmayos, insolación, crisis nerviosa y siete hospitalizaciones fueron el saldo del adiós al ídolo de Guamúchil que perdió la vida a los 39 años de edad.
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La noticia de la muerte de Pedro Infante. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Más de 100 mil personas se congregaron en el cementerio que lució atiborrado, fanáticos de todas las edades entonaron clásicos como “No volveré”, “Fallaste corazón” y por supuesto, “Amorcito corazón”, tema que inmortalizó en la película “Nosotros los pobres” junto a su querida “Chorreada”.
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Archivo EL UNIVERSAL
“Adiós al máximo intérprete de la canción mexicana”, se lee en una de las esquelas que se publicaron el 16 de abril en EL UNIVERSAL, producciones Zacarías se despidió del que consideraron gran acto, mientras que la fábrica de discos Peerless le dijo adiós al fiel intérprete de la canción mexicana.
Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Las tres despedidas a Pedro Infante
Infante actuó en más de 50 películas y su voz apareció en más de 300 grabaciones musicales, pero al ser sorprendido por la fatalidad de un accidente aéreo, no alcanzó a ver estrenadas tres de sus cintas: “Pablo y Carolina”, “Tizoc” y “Escuela de rateros” ; a pesar de que estos filmes se estrenaron ya no existiendo Pedro Infante, fueron muy bien recibidas por el público, quienes las mantuvieron en cartelera por varias semanas.
“Pablo y Carolina”
La cinta, primera a color para Pedro Infante, se estrenó en junio de 1957 y fue dirigida por Mauricio de la Sern;, Infante comparte la pantalla con la actriz brasileña, nacionalizada italiana, Irasema Dilian, que se hace pasar por un hombre que confunde a Infante, quien encarna a un regio llamado Pablo Garza. La cinta se exhibió durante varias semanas en cines como el Alameda. A los niños que asistieron a ver la película se les obsequió una fotografía de Pedro Infante, mientras que los adultos que tuvieran suerte con el número de sus boletos, se llevaban un disco de su ídolo.
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Hemeroteca EL UNIVERSAL.
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Vía Captura de pantalla.
"Tizoc"
Fue la única película en la que Pedro Infante y María Félix fueron pareja, se estrenó en octubre de 1957, la cinta dirigida por Ismael Rodríguez , cuenta una trágica historia de amor imposible que tiene como paisaje el pueblo de Tenango de las Flores, donde el indio Tizoc construye la casa para su niña María.
Habían pasado seis meses de la trágica muerte de Infante cuando se anunciaba el estreno de la cinta en cuatro cines de la Ciudad de México.
La película fue un éxito en México y en el Festival de Berlín , donde Pedro fue galardonado con un Oso de Plata por su interpretación masculina; Tizoc, un indio tacuate bondadoso que con el afán de demostrarle su amor a María la hace llorar en una de las escenas más emblemáticas de la Época de Oro.
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Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Vía Captura de pantalla.
"Escuela de rateros"
Se trató de la tercera película a color de Pedro Infante, llegó a la pantalla grande en 1958 y fue la última que protagonizó; estuvo dirigida por Rogelio A. González y contó con la participaron de figuras como Yolanda Varela , Rosita Arenas, Rosa Elena Durgel, Eduardo Fajardo, Eduardo Alcaraz y Luis Manuel Pelayo.
En el cartel de la época, se constataba que el nacido en Guamúchil seguía siendo el ídolo de México, pues el “arrollador éxito” en los cines Orfeón, Roble y Ariel, así lo demostraba.
Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Vía Captura de pantalla.
Nadie como Pedrito
Un tímido Pedro Infante llegó a probar suerte en la XEB , cuando le preguntaron si sabía cantar o tocar algún instrumento, Pedro dijo que “sabía silbar regular” y que sobre eso quería probar suerte.
Julián Morán, quien por mucho tiempo fue director artístico de la XEB, recordó que al Pedro silbó tres tonadas de forma notable, por lo que le hizo suponer que no cantaba nada mal, y en efecto, ese sería el inicio de varios años en los que Infante cantó para los micrófonos de la XEB.
Una canción quedó pendiente para Pedro, “Eso merece un trago”, de Álvaro Carrillo , la cual, se dijo, tiene “mala suerte” para los cantantes que la grabaron o pensaban hacerlo, Carlos Madrigal que lo hizo, por poco le cuesta el contrato con la grabadora como consecuencia de un disgusto con los directivos; José Venegas atropelló a dos personas, y Pedro, que acaba de morir, era esperado ya con arreglos y todo listo para llevarla al acetato.
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La tristeza por el fallecimiento de Infante hace 64 años, traspasó el territorio mexicano, en Caracas, Venezuela, una joven de 19 años se quitó la vida al enterarse, por radio, de su muerte, EL UNIVERSAL reportó que la joven se llamaba Josefina y que al conocer la noticia entró en un estado de nervios e ingirió una fuerte dosis de barbitúricos que le produjeron la muerte.
El amor que Pedro sentía por sus fans y por México era enorme, no imaginaba actuar lejos de tierras aztecas, pues sus paisajes, afirmó, no se igualan con ningún otro lugar del planeta.
“Yo no soy mexicano por haber nacido en esta tierra, cosa que pudiera ser un simple accidente. Soy mexicano por convicción, porque amo todo lo nuestro, porque me gustan las costumbres, el folklore, el paisaje, la tradición y el cielo de México”, expresó en entrevista con este diario en 1952, cinco años antes de morir.
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