¡Bienvenidos a Radio Tertulia, nuestra opinión... ¡y la tulia!” se oye en el escenario del Auditorio Nacional y con esa frase Les Luthiers invita a pasar con ellos dos horas de, literal, carcajadas. Lástima que no advierten del dolor de quijada con el que terminan sus invitados.

“¡Son las siete de la tarde y vamos a dar comienzo el día de hoy con una grabación de la zarzuela: Las Majas del Bergantín!” dicen los dos locutores Ramírez y Murena y el público no sólo escucha, también ve el programa de radio y disfruta de la zarzuela naútica, tema con el que comienza la magia.

El programa de radio tiene de todo: noticias nacionales, música en vivo, sección de espectáculos, de cocina, entrevistas, comentarios de la audiencia y una dosis de locura que sólo Les Luthiers es capaz de conseguir.

Después de la zarzuela, de vuelta a la cabina de radio, ya son las seis de la tarde (y luego las cinco, las tres, total que el programa acaba a las diez de la mañana) y ninguno puede quitar la vista del escenario ni distraerse por un momento porque pierde el chiste (Es como un hilo de bromas que se va desenrollando, haciendo referencia a chistes que pasaron hace unos minutos y que nadie quiere perderse).

Los locutores leen algunas llamadas del público sobre temas controversiales como la fecundación asistida, -hay quien quiere asistir a una-. Luego pasan a noticias nacionales sobre un narcotraficante y después llaman a cabina al grupo musical “Rebaño”, invitados de esa tarde y que nunca dan entrevistas, no por especiales, sino porque nadie se las pide. Rebaño obtiene su nombre del lugar en el que ensayan: el baño de la casa de la mamá de uno de los músicos.

La sorpresa de la audiencia es evidente cuando entran a escena los “integrantes” con sus trajes negros y elegantes cargando un Calephone, Lirodoro, Desafinaducha y un Nomeolbídet, todos, instrumentos musicales de verdad pero con objetos de baño (calentador, el asiento de un inodoro, un bidé y la regadera). La sorpresa es mayor cuando entonan las “Loas al cuarto de baño” y suenan muy bien -claro, la letra es chistosísima-.

A lo largo de sus cincuenta años de carrera, Les Luthiers se ha dado a conocer también por crear sus propios instrumentos musicales (acordes con el nombre del grupo musical que presenten en el show o el sketch que hagan).

Al terminar su participación y tras la actualización de la hora el programa continúa y los locutores mandan a un enlace en vivo, pues resulta que un hombre se ha encontrado con un marciano en casa de su esposa, no un amante, sino un marciano (según él).

Entre risas y risas, los locutores continúan con la sección de espectáculos donde dan todos los detalles de la telenovela actual “Alma de corazón” y de sus personajes: que si muchos mueren de la picadura de una serpiente, que qué pasa con la cieguita Adelaida, la protagonista, que quién es la madre de la villana, etc. Este segmento está amenizado por el grupo London Inspection, quien hizo la música de la telenovela argentina.

En la cabina suena “Oh boy invite me to the party” -una canción de protesta, dicen sus locutores-. También el tema de la villana, “La pérfida Ivonne”, que dice algo como “You’re beautiful Ivonne, pero no tienes buen corazón, You’re beautiful Ivonne tan beauty como un bombón”. Luego cantan “Put a pretty flower in your life”, del que dicen sus locutores, es un tema transgresor.

Siete números musicales integran Viejos Hazmerreíres: Así hablaba Sali Baba (verdades hindudables), Quién mató a Tom McCoffee (música en serie), Receta Postrera (vals culinario); Amor a primera vista (bossa libidinossa), Dilema de amor (cumbia epistemológica) y, finalmente Pepper Clemens Sent the Messenger, Nevertheless, The Reverend, Left the herd.

Después de escuchar todos estos temas y los distintos géneros musicales, Radio Tertulia ya casi llega a su fin, pero resulta que todos los problemas que contaron, están pasando en la telenovela “Alma de corazón” y las noticias “reales” que se están dando en el programa están relacionados, por lo que uno de pronto uno ya no distingue qué es la realidad, y luego resulta que ya casi es de mañana según las actualizaciones de hora de Murena.

Antes de decir adiós, los locutores mencionan al célebre compositor Johan Sebastian Mastropiero, presente en muchos de los espectáculos de Les Luthiers y por supuesto, presente en la recta final de Radio Tertulia.

El show terminó arropado por un gran aplauso de los asistentes, a quienes Les Luthiers despidió con un tema más: “Los jóvenes de hoy en día”, uno de sus números más populares.

Previo a este espectáculo, en entrevista con El Universal, Carlos López Puccio, uno de sus integrantes fundadores, dijo que parte del éxito de este formato tiene que ver con no caer en el humor simple y sí, al acudir a uno de sus shows te das cuenta que es así, pues sus juegos de palabras, las ideas que exponen y hasta sus movimientos llegan de manera directa y simple a los espectadores, pero son el resultado de toda una maquinaria, de un trabajo complejo y con experiencia.

“Cuando se hace el humor televisivo se crea de manera rápida y eso le quita calidad, a nosotros nos gusta trabajar mucho nuestros shows y por eso estrenamos un espectáculo cada dos o tres años, porque hay muchas cosas de calidad que juntar”, dijo el fundador.

Cansados de reír, pero con una felicidad plena, los asistentes dijeron adiós a Les Luthiers poco antes de las once de la noche, esperando que los argentinos regresen pronto para traernos ese humor tan suyo, sin complejos, capaz de reírse de lo que sea y que es una verdadera cátedra para quien los ve desde su asiento, atacado de la risa.

En “Viejos Hazmerreíres” actúan Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Tomás Mayer-Wolf, Marcos Mundstock, Martin O’Connor y Horacio Tato Turano.

rad

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