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Leopoldo Dante tenía 11 años cuando le dio por componer, desde entonces ya era un romántico, vivía en Villa Atamisqui, una provincia humilde al Norte de Argentina.

Cuando cumplió 20 años, decidió irse a la gran ciudad de Buenos Aires. Ahí, con su guitarra y composiciones en mano decidió presentarse ante una disquera.

Su carta fuerte era un tema, “Celia”, inspirado por una joven que conoció una tarde simple de domingo. “Así comienza nuestro amor, en primavera; cuando las rosas del rosal son como Celia” entonaba Leo, finalmente, en la radio.

Ese tema tuvo un encanto que conquistó primeramente a su país, y luego a todo el mundo de habla hispana, e incluso más allá. En esos tiempos, Leo Dan todavía viajaba sin ser reconocido, y descubrió que toda esa sencillez que lo formó en su pueblo natal producía una extraña atracción en los demás.

“Iba en un colectivo y de pronto en la radio sonó ‘Celia’”, recordó el cantante en una entrevista con el conductor colombiano Hernán Orjuela. “Le dije al hombre que estaba al lado mío: ‘El que está cantando soy yo’, y no me creyó”.

Hoy todos creen en Leo Dan. El cantante de 77 años se presentará el próximo martes en el Auditorio Nacional, en donde estará acompañado por primera vez del compositor Armando Manzanero.

En este show, llamado Íconos —que continuará en Monterrey—, cada uno interpreta sus éxitos en solitario, y hacen duetos en temas como “Júrame”, de María Grever, o “El día que me quieras”, de Carlos Gardel. Manoella Torres será la cantante invitada.

Resurge Leo. Hace un año, el argentino hizo un disco de duetos con artistas como Andrés Cepeda, Ricardo Montaner, Rubén Albarrán, Karina y Pedro Fernández, además de grupos como Los Auténticos Decadentes, Cañaveral de Humberto Pabón, Matisse y La Original Banda el Limón.

El trabajo ha sido bien recibido en YouTube y otras plataformas (recibió el Disco de oro), lo que lo ha puesto nuevamente en el gusto del público, no sólo quienes nunca lo han abandonado, sino en los más jóvenes, algo que agradece.

Para él, la sencillez de su música tiene que ver con un tema esencial: el romanticismo, algo que considera prevalecerá: “Hay reggaetoneros que son muy buenos y muy lindos, pero hay otros que no son ni tan lindos, ni tan buenos. Los jóvenes lo disfrutan mucho, pero algún día se van a cansar del reggaetón y van a venir a la parte romántica”, dijo a EL UNIVERSAL.

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