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La frase de que hay vinos que sólo mejoran con el tiempo es la forma de definir la energía y sonido de Franz Ferdinand.

El grupo originario de Glasgow no mostró rastro de cansancio la noche del martes en el escenario del Pepsi Center, siendo que tan sólo unos días antes había dejado el alma en sus participaciones dentro del festival Roxy en Guadalajara y en el del Pa’l Norte en Monterrey.

Su sexta visita no decepcionó a los fans de antaño, muchos de los cuales crecieron junto con la banda y que ya no son esos adolescentes que brincaban, así como tampoco lo hizo para una generación que, se percibía, los veía por vez primera.

Si bien la velada no fue tan “aparatosa” como la vivida en su primera visita, ese lejano diciembre de 2004 en un Teatro Metropólitan atiborrado y que se quedó con cicatrices en su mobiliario, la energía de Alex Kapranos y compañía se volvió a hacer presente ante un recinto que desde antes colgó el letrero de sold out.

La noche transitó entre el ritmo de “Always ascending”, nombre que le fue dado a su más reciente álbum de estudio y al de la gira misma, así como con “No you girls”, “Matinee” y “Lucid dreams”, las cuales fueron recibidas entre chiflidos y aplausos.

Tras más de 16 años desde su debut en los escenarios, los músicos demostraron que las ganas de seguir tocando han vencido al paso del tiempo y sólo les ha ayudado a perfeccionar el sonido de sus instrumentos, que mezclados con luces de colores y un escenario que cambiaba de atmósfera con cada color, les hicieron acreedores al cariño y aplauso de los mexicanos una vez más.

A estos temas le siguieron “Finally”, “Jacqueline y Ulisses”, con intervenciones de Kapranos que iban del “Muchas gracias México, los queremos mucho”, con un español marcado fuertemente por su acento, a una postura política que fue aplaudida fuertemente cuando dijo a la audiencia querer mucho a México pero no a sus muros, para rematar con un “Fuck, Donald Trump”.

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