Eran las 20:30, sonaba la tercera llamada y las personas corrían a sus butacas para presenciar a Edith Márquez , que se presentaba con sus éxitos que la distinguieron a lo largo de su carrera; los que hicieron cantar y llorar a sus fans.

Tanto grandes como chicos, adolescentes y señores, amigas y desconocidas, contaban los minutos para comenzar el concierto.

Los aplausos empezaban a inundar al Auditorio. Todo se calló, y salió Edith Márquez tras caer una cortina blanca.

Con un jumper de lentejuelas verdes bajaba de un arnés desde lo más alto del Auditorio para comenzar el show con “Desvísteme”.

Los aplausos se convirtieron en gritos y comenzó el concierto.

“Muchísimas gracias México. Yo estoy feliz de iniciar mi gira. Todo esto es gracias a ustedes”.

Con “Me voy” empezaba a cantar, en un popurrí de tres canciones en las que alternaba voz con “No te preocupes por mí” mientras la gente en sus asientos se movían de un lado a otra, alzando las manos, cantando todos a las traiciones del amor.

Entre platica y canción –para entrar en confianza– la intérprete le contaba a su público el poder de la mujer en la vida y de la importancia de amar a las personas y a uno mismo, cuando enseguida cantó “En peligro de extinción”.

Los ritmos pasaron de un tono acústico a uno más movido con “Pero me fui” para después comenzar a ambientar la noche con Mariachi.

De verde, blanco y rojo se tornó el escenario con luces, cuando salió Edith con un vestido negro con encajes blancos. Al ritmo de Mariachi y con caballito de tequila en mano la cantante le dedicaba un momento al desamor, al pasado y presente con “Soné que te perdía”.

La sorpresa de la noche alrededor de las 22:00 sería el dueto junto a su ex–compañero de la Academia; Edwin Luna.

Seguía la noche y era hora de un tributo a exponentes de la música mexicana, empezaba con “Como tu mujer” de Roció Durcal haciendo que hasta los más jóvenes cantaran y se pararan al mismo ritmo que la cantante. Después sería turno de “Volver, Volver”, “La ley del monte”, “Por tu maldito amor” y “Hermoso cariño” de Vicente Fernández a quien decía la cantante que le tenía un gran aprecio y orgullo.

“Los quiero ver parados, ver bailar” incitaba ella a la gente mientras todos poco a poco se levantaban. Primero los de adelante, luego en los palcos, hasta los de las gradas de más arriba bailaban al ritmo de trompeta y guitarra junto a la cantante. “Allá arriba, párense todos” decía mientras Edith se movía en el escenario de un lado a otro cantando “México lindo y querido” acercándose a sus fans para tomarlos de la mano.

Los gritos volvieron a inundar al Coloso de Reforma cuando del fondo del escenario salió Kalimba . Ambos cantaban a ritmo de funk “Lat'n Party”.

“Como vamos auditorio” gritaban ambos al momento de sacar sus pasos de baile, sincronizados con los del público.

La noche llegaba a su fin con un popurrí dedicado a sus más recientes éxitos. Con “Fue mi error” seguía la noche y los gritos no paraban.

“Aunque sea en otra vida” y “Mírame” eran las canciones que cerraría la noche junto al mensaje de la cantante; “Que vivan las mujeres de México, que dios me los bendiga a todos. Ustedes son parte de esta historia” decía invitando a no dejar morir las tradiciones de la música en México.

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