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Un verdadero circo es lo que ofrece Arjona en su concierto y no en el sentido figurado. El cantante transformó al Auditorio Nacional en uno de ellos, donde además de música, hubo acrobacias y malabares.

La noche del jueves, el guatemalteco emergió desde una taquilla montada en el escenario para dar inicio a su Circo Soledad Tour.

Comenzó el recorrido musical con temas como “Ella”, “Señorita” y “El problema”, vestido de negro de pies a cabeza y acompañado por más de 10 músicos que vestían acorde a la velada, mientras que las pantallas proyectaron desde un carrusel y calles citadinas, hasta un bar y una carpa.

Hubo un triciclo lleno de globos, otro que funcionaría más adelante como un taxi y maniquíes vestidos con motivos cirqueros, así como un experto que hizo malabares y bailaba sobre un aro y una chica que hizo lo propio con danza aérea.

“¡Que ganas de volver! Siempre que me voy me quedo esa enfermedad incurable de querer volver por muchos años que anduve por acá”, dijo en su primera interacción hablada con el público.

“Fueron muchas canciones que pasaron por acá, muchas cosas que viví. Lo cierto es que estamos de vuelta y estar de vuelta es señal de estar vivo, y hay que estar vivo para poder soportar muchas de las cosas que pasan allá afuera y que nos vienen a golpear justamente en el pecho”, continuó.

Fueron numerosas las ocasiones que del público, compuesto en su mayoría por señoras y jovencitas, le gritaba “¡te amo!”, “¡papacito!” o “¡cásate conmigo!”, hecho que le sacaba una sonrisa y que incluso lo haría recordar que en sus inicios, habría dado lo que fuera porque alguien quisiera tomar su mano o pedirle una canción.

Arjona recordó historias de amor. En una de ellas mencionó a quien lo buscó de la peor manera.

“Con prisa y entonces le pasó lo que a muchos de nosotros: lo confundió con el primer pend... qué pasó por aquí, ella sabía que no era el amor de su vida, pero tenía prisa”, dijo antes de interpretar el tema “Hasta que la muerte los separe”.

Con “Si el norte fuera el sur”, se proyectaron en las pantallas imágenes de Kim Kardashian y Donald Trump, así como banderas de distintos países, al tiempo que alguien del público le dio una de México que acomodó.

Al cantar “Señora de las cuatro décadas”, Arjona leyó la cartulina de una mujer y dijo que, pese a la promesa de no cantar de nuevo el tema, lo haría si ella lo acompañaba.

Ya los dos juntos, Arjona bromeó: “¿Viniste con tu esposo y estás sentada en las piernas mías? Señor, con todo respeto la verdad es que yo soy el que la está jalando, pero ella se quiere mantener parada”.

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