En su trabajo dentro de la puesta en escena el compositor Adrián Paredes , quiso mostrar la relación que hay entre dos culturas aparentemente distantes: la de México y la de los países del Medio Oriente.

El montaje basado en hechos reales, sigue a un cocinero mexicano que llega a trabajar con el dictador libio Muammar Qaddafi.

“Nosotros en México compartimos algunos gestos musicales con el Medio Oriente, esto viene de la influencia de la música española que tuvimos en nuestras raíces y cómo la música española fue influenciada por los árabes y se ha quedado arraigada”, comenta Paredes.

“México es una combinación de culturas tremendas y tenemos un punto en común melódico y armónico con muchos países del Medio Oriente, entonces lo que hice fue hacer una exploración con un fondo muy mexicano, hay muchas guitarras de fondo en la obra y de pronto entran unos instrumentos de viento del Medio Oriente haciendo melodías de allá y las voy combinando con estructuras y armonías mexicanas”.

Para el artista, trabajar en la puesta en escena que actualmente se presenta en festivales internacionales vía streaming , fue una experiencia que le permitió hacer una comunión entre dos culturas que aparentemente son lejanas.

“Al final tanto en la historia del teatro conviven con la cocina que está sucediendo en vivo como en la música están conviviendo también en la misma región, es la misma sensibilidad, los mismos gestos de arte”.

La historia dirigida por Lynn Lohr está protagonizada por Álvaro Flores y se presentará el próximo 15 de agosto de forma digital en el Minessota Fringe Festival. Además, en el mes de octubre se espera que tengan funciones en vivo en Estados Unidos de acuerdo con el avance de la pandemia del Covid-19.

Adrián Paredes adelanta que ya están en pláticas para traducir el montaje del inglés al español y poder presentarlo en México.

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