Londres.— El príncipe Luis, quinto en la línea de sucesión al trono británico y tercer hijo de los duques de Cambridge, fue bautizado ayer en la Capilla Real del Palacio de Saint James, en una ceremonia íntima donde faltaron sus bisabuelos, la reina Isabel II y el duque de Edimburgo.

El servicio religioso duró unos 45 minutos y fue oficiado por el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby.

El niño, nacido el pasado 23 de abril en el Hospital St Mary’s de la capital británica, llegó al templo dormido en los brazos de su madre, Catalina, mientras el príncipe Guillermo llevaba de la mano a sus otros hijos, el príncipe Jorge y la princesa Carlota, de cinco y tres años, respectivamente.

A su llegada, se pudo escuchar cómo Catalina —quien se mantuvo fiel al diseñador que ya había empleado para los dos bautizos anteriores, Alexander McQueen— describía al niño como “muy relajado y tranquilo” mientras hablaba con el arzobispo.

El tercer nieto del príncipe de Gales y la fallecida princesa Diana llevaba una réplica, elaborada en 2008, del mantón bautismal color crema que lució por primera vez la primogénita de la reina Victoria en 1841 y que, desde entonces, se ha utilizado para todos los bautizos reales, incluido el de Isabel II, en 1926.

El hijo menor de los duques de Cambridge fue bautizado con agua del río Jordán sobre la pila bautismal Lily Font, obra de orfebrería elaborada por los joyeros EJ. y W. Barnard en 1840, también a petición de la reina Victoria, que representa “la pureza y la nueva vida” y que la familia real utiliza en estas ceremonias.

El bebé ha seguido los pasos de su hermano mayor, cuyo bautismo también se celebró en ese templo en 2013, mientras que la de su hermana tuvo lugar al este de Inglaterra, en la Iglesia Saint Mary Magdalene de Sandringham, en 2015.

Además, la fecha de hoy constituye la primera vez que se ha podido ver a la recién estrenada familia de cinco al completo, ya que todavía no había ninguna imagen oficial de los duques de Cambridge con sus tres hijos, puesto que el príncipe no había sido visto de nuevo desde su nacimiento hace 11 semanas.

El fotógrafo elegido para la ceremonia fue Matt Holyoak, quien hace poco fotografió a la reina y al duque de Edimburgo por su 70 aniversario de bodas.

El sexto bisnieto de Isabel II cuenta desde ayer con seis amigos íntimos de sus padres como padrinos, entre los que se encuentran Guy Pelly, de la pandilla de los príncipes Guillermo y Enrique, y Lucy Middleton, prima de Catalina.

La ceremonia privada se celebró ante menos de 30 invitados, entre los que estaban el príncipe de Gales —abuelo del bebé— y la duquesa de Cornualles, Camilla, así como los recién casados duques de Sussex, el príncipe Enrique y Meghan, quien acudió por primera vez a un bautizo de un miembro de la familia real.

Por parte de la duquesa de Cambridge, la lista incluyó a los abuelos maternos, Carole y Michael Middleton y a los dos hermanos de Catalina, Pippa —que se pudo ver embarazada de su primer hijo— y James.

La ausencia de la reina y el duque de Edimburgo fue anunciada ayer por el Palacio de Buckingham, en un comunicado donde se aseguró que “no se debe a motivos de salud” y que fue acordada hace tiempo con los duques de Cambridge.

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