¿Es usted de esos que critican el reggaetón, pero no puede evitar bailarlo? Si se buscara un culpable, el causante sería el ritmo de la música, el cual, coinciden expertos, hace que las personas muevan su cuerpo a su compás sin importar lo que dice la letra. Por ello, canciones como “ Perra ”, de , siguen en el gusto de muchos.

“La canción ‘ Despacito ’ tenía una característica: es muy fácil para que el cerebro humano la recuerde; eso es lo que pasa con la mayoría del reggaetón , uno lo escucha y tiene unos ritmos básicos que te incitan al movimiento; imaginemos a los ancestros en las épocas paleolíticas, que a lo mejor escuchaban esos ritmos y se ponían a bailar, porque era el sentido del ritmo de la música y se expresaban con la corporalidad”, comenta a EL UNIVERSAL la sicóloga social , Samanta Castillo .

La música de alguna manera moviliza al cuerpo y eso provoca que haya una liberación de endorfinas que nos hace sentirnos bien y deseosos de repetir esa experiencia, pero ese sentir va acompañado de la incongruencia de la letra que puede ser agresiva u ofensiva, porque el ritmo y el sonido se puede bailar y disfrutar, pero todo cambia cuando se le pone atención a la letra y a lo visual.

“Cuando éramos pequeños cantamos canciones en inglés sin saber lo que significaba, ni entendía lo que estaba diciendo, sólo me gustaba el ritmo, porque era pegajoso; a veces no comprendemos el trasfondo que genera una canción, porque en realidad no la escuchamos o no la entendemos”, apunta Castillo.

En años pasados, el reggaetón era el género musical que se podía bailar y era la música predilecta de los clubs nocturnos, antros, fiestas, pero en años recientes todo cambió, empezó el movimiento feminista y se le prestó más atención al contenido de las letras, algunas eran machistas y mostraban como objeto a la mujer.

“Desde que inició el reggaetón ha causado polémica y controversia, toca algunas temáticas que con anterioridad pocas personas se atrevían a exponer o de alguna forma teníamos un poco más amplia esta línea de la tolerancia a ciertas canciones o de personas que hablaran de esta misoginia a las mujeres”, señala la sicóloga.

El rimo del reggaetón es pegajoso, sin importar la letra, quizá la canción “Perra” seguiría siendo del gusto del público, que la seguiría bailando sin prestarle mucha atención a lo que decía, como ha pasado con otras canciones como “ Safaera ”, de Bad Bunny, que también llegó a causar controversia cuando la quitaron de Spotify pero, a pesar de su letra, la volvieron a subir por la presión social.

Todo cambió con Balvin, cuando su contenido lo enfatizó con un video en que visualmente mostró a las mujeres como animales que buscan sólo tener sexo , porque canta, “es una perra en calor”.

“Yo soy una perra en calor/

‘Toy buscando un perro pa’ quedarno’ pega’o/

Ey, eres una perra en calor (ajá)/

Y estás buscando un perro pa’ quedarte pega’…”

En la canción de J Balvin no sólo fue lo que canta lo que llamó la atención, sino que también una mujer lo fomenta, debido a la colaboración que tuvo con la rapera dominicana Tokischa , quien además de cantar una letra para muchos “degradante”, se disfrazó como animal y actuó los comportamientos que describe la canción.

“El video no solamente es un hombre el que hace este símbolo de despreciar a la mujer, de incluso cosificarla, de despreciarla como un animal, la muestra como una especie distinta a la humana y adicional a ello también es una mujer la que lleva este discurso.

“Una parte de la persona misógina está plantada en nosotras como mujeres, entonces adicional a ellos de alguna forma inconsciente, como el machismo en México. Por supuesto que los personajes machistas los creamos las mujeres, pareciera un discurso ambivalente”, ahonda la investigadora.

Al final, no sólo el reggaetón está sujeto a este tipo de contenidos. El machismo, la misoginia, la violencia de género, entre otras cosas, se pueden encontrar en cualquier género musical, lo importante es concientizar como sociedad y enseñar a las generaciones más jóvenes que no comprenden ciertos temas, sobre la repercusión de ciertos contenidos en la sociedad, debido a que los artistas, por ser figuras públicas, difunden, y sus fanáticos lo toman como algo que seguir y aplaudir.

“A veces lo llamamos doble moral, pero también tiene que ver mucho con la parte congruente, últimamente como somos personas que nos encontramos con mucho estrés dentro y fuera de casa y que hay mucha violencia en el exterior, llegan este tipo de videos que de alguna forma resaltan y hacen visible la demanda social , porque los artistas responden a esta demanda”, enfatiza Castillo.

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