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El jefe de Toño Esquinca amonestó al conductor por andar dando dinero a cambio de encuestas. “Pues me dijeron que, si se repetía, me tenía que ir”, dijo el comunicador.

Toño Esquinca se volvió tendencia tras ser acusado de manipular los resultados de estudios de medición de audiencias de radio al dar dinero a quien respondiera que escuchaba esa estación.

Esquinca reconoció que sí daba dinero para que los radioescuchas contestaran encuestas sobre su consumo de radio, específicamente de Alfa 91.3. Sin embargo, el comunicador explicó que buscaba retroalimentación de su público.

“Yo no pago radioescuchas. Pago premios, pero no radioescuchas. No estoy comprando ni alterando de alguna manera la emisión ni a la gente. Quería que me contestaran cosas como a qué conductor escuchan más, en qué horarios, qué les gusta o qué no”, comentó.

El conductor radiofónico aseguró que, desde su punto de vista, el hecho de dar dinero no significa que las encuestas se viciaran.

“Tengo tan buenos radioescuchas que si te ponen lo que no les gusta, sí te critican”, agregó.

Esquinca tiene libertad de decidir qué hacer con el presupuesto para su estación y si quiere gastarlo en regalos, llaveros o gorras, puede hacerlo.

De ahí provenía el dinero para los 20 diarios que se repartían cada día. Eran diarios que servían como encuesta y en los cuales los radioescuchas tenían que escribir que escuchaban a Toño Esquinca para que, al ser recogidos, se les pagara una cierta cantidad de dinero.

Varios grupos radiofónicos acusaron que esta práctica “es una muestra irrefutable de los intentos de manipular los resultados”.

Esquinca dijo que los diarios fue idea suya y nada tenía que ver Radio Centro. Reconoció que el desplegado de las radiodifusoras apunta a un problema mayor: la medición de audiencia por parte de una empresa nacional, a diferencia de lo que sucede con empresas internacionales como Nielsen, Ipsos, TGI, entre otras.

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