La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica sostiene pláticas con autoridades locales y federales para que, en el próximo proceso de reapertura de espacios públicos, tras la contingencia sanitaria, la exhibición de películas no sea sujeta a criterios similares a los de conciertos o restaurantes.

Tábata Vilar Villa, directora de la Canacine (por sus siglas), señala que se ha proporcionado la información correspondiente para hacer ver que los cines cuentan con mecanismos diferentes a los de otros espectáculos que se realizan fuera de casa.

“Entender que los cines pueden reducir el aforo; obedecer la sana distancia dejando asiento vacío entre personas; es una actividad que la gente ve en silencio, todas viendo hacia el mismo lugar; todas las salas tienen buena ventilación y las puertas pueden permanecer abiertas”, señala.

“Que sepan de entrada las característica que hacen que un cine sea distinto, no es lo mismo que un restaurante donde la gente está hablando o parándose, la características intrínsecas del lugar hacen la diferencia”, expresa.

Vilar Villa detalla que cada empresa exhibidora, como Cinépolis y Cinemex, están elaborando su propio protocolo de seguridad, el cual debe ser autorizado por el IMSS, como es el mandato gubernamental.

“Las medidas (dadas a las autoridades) son las que en general están tomando en el mundo los exhibidores, obviamente Cinemex y Cinépolis, todos, tendrán sus diferencias, pero de manera general es proporcionar el distanciamiento social dentro de la sala”, externa.

La ejecutiva recuerda que en países asiáticos, como Japón, los cines jamás cerraron. En México bajaron su cortina durante la última semana de marzo, estimándose que desde entonces han dejado de recaudar unos 3 mil millones de pesos, cifra que se extrae de los 29 millones de boletos vendidos mensualmente en 2019 a 54 pesos promedio.

Vilar Villa detalla que se está definiendo una campaña para invitar a la gente acudir al cine y lograr que se sienta segura en salas. Considera que la apertura será gradual y por entidades, dependiendo del semáforo sanitario.

En China los exhibidores utilizaron a personajes de filmes, como Amelie, añadidos con tapabocas para atraer al público.

“(Los exhibidores) Han tenido gastos (pago a empleados), pero no ingresos y han sido varias semanas; cuando regresen va a ser la maquinaria a la mitad o menos de su capacidad. Otra cosa quizá serán horarios escalonados, que la gente no llegue al mismo tiempo a la sala de cine como era antes, programarse para que no haya aglomeraciones”, apunta.

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