“Mi padre dijo que en México todos éramos indios, aun sin saberlo ni quererlo, si los indios no fueran al mismo tiempo los pobres, nadie usaría esa palabra a modo de insulto”, escribió José Emilio Pacheco en 1981, aunque esta cita sigue vigente cambiado al “indio” por el “moreno”, tal como lo dice Fernando Rasé, cocreador de la popular serie Ugly que pretende diluir estereotipos creando inclusión.

Para el que se hace llamar Rasé X, la industria del entretenimiento ha tomado a personas de barrio que no cumplen con los estándares de blancura, para hacerlos sentir parte de la cultura barriobajera, poniendo como ejemplo también a cantantes como el Bogueto.

“Hay estas figuras que están, que llegan, y que están ahí, pero lo que falta todavía es generar la infraestructura y la economía en que se puedan mantener entre ellas solas, no que sólo sea como traje a King Kong de la selva y aquí está, vamos a disfrutarlo un rato y después nos olvidamos, no se trata de un show de circo, no somos chancos de circo, cabrón”, explica.

El color que determina posiciones

Entre mexicanos, precisa Rasé, la industria hace una clara división entre el talento, como Diego Boneta o Diego Luna, que entran en el espectro “aceptable” para interpretar cualquier personaje, desde el líder de un cártel, hasta uno de los salvadores de la galaxia.

Sin embargo, agrega, hay otros actores como Benny Emmanuel, estrella de Ugly, con el que Fernando ha trabajado muy de cerca, que están prácticamente condenados en una historia a dar vida a sicarios de bajo nivel o jóvenes raperos con pocas oportunidades.

“Actores como Benny Emanuel o como Juan Daniel, es interesante esto, si te das cuenta, los actores en televisión que son blancos pueden representar casi cualquier papel, podrían hacer una historia de amor, del jefe de los narcos como Diego Luna que mañana puede ser un astronauta y pasado mañana lo que quiera”, dice.

“Las personas morenas generalmente son trabajadores, sicarios o jóvenes raperos con pocas oportunidades, en realidad es que también nuestro color de piel nos coloca en un lugar”, señala.

La solución para el que hace poco estrenó su disco Ya no tengas miedo, Chupapi, es buscar una verdadera representación de morenos, no sólo con tiempo en pantalla en roles estereotipados, sino en los lugares de poder que verdaderamente pueden generar cambios.

“No se trata de tener representación en la pantalla, también de tenerla atrás, generar, agentes de cambio que tomen decisiones dentro de los proyectos para crear oportunidades”, apunta.

“Lo que nos gustaría no creo que es que queramos ser más blancos, más bien nos gustaría que nos vieran como una página en blanco, que pudiéramos ser lo que quisiéramos, dejar a los niños morenos a hacer lo que quieran”, señala.

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