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Para Fiebre de sábado por la noche practicó el baile durante nueve meses y por Vaselina, luchó días para que Olivia Newton John, la mujer que todos querían como novia, pudiera estar en la película.

“¡Nunca he dejado que nadie se interponga en mis sueños!”, expresa John Travolta ante cerca de 10 mil personas, en el marco del evento México Siglo XXI, en el Auditorio Nacional, al que fue invitado, para incentivar a los jóvenes.

Escenas de ambos filmes fueron proyectadas en la pantalla principal del inmueble, con el actor de 64 años atento a las imágenes.

De la primera, suelta sin problema al verse bailar sobre la pista setentera iluminada, con la música de Bee Gees de fondo:

“¡Todos los días lo ejercitaba y el resultado final es que esto que vieron lo hice con una sola toma!”, recuerda el actor.

“Los Bee Gees eran muy populares antes de que yo usara su música y, aunque no lo crean, ellos escribieron todas las canciones del soundtrack en dos días y fue el álbum más vendido en cinco años, hasta que llegó Michael Jackson y Thriller”, agrega.

De Vaselina, cinta que cumple 40 años, habla poco, pero demuestra al final de su presentación, que aún se mueve y hasta se da tiempo de dar clases a todos para que aprendan el paso principal.

“¡Derecha, izquierda, atrás y atrás!”, explica Travolta de pie, reproduciendo los pasos que se ven en el largometraje, siendo envuelto por la ovación del público.

“Con Olivia llevo una amistad. Luché para que ella estuviera en la película, en ese momento era la cantante más grande en el mundo y el sueño de todo hombre, que la novia de todos fueran como ella”, comenta respecto a la actriz.

“A la película la pondría en una cápsula del tiempo, ha dado placer a muchas personas, más que otras películas que he hecho”.

De estreno. La semana próxima se le verá en la pantalla grande con El jefe de la mafia: Gotti, filme que protagoniza junto con su esposa Kelly Preston y de la cual es productor ejecutivo.

La película sigue la historia real de John Gotti, quien dirigió el crimen en Nueva York a fines de los 80 y principios de los 90. Su carisma y elegancia lo elevaron a ser un mafioso mediático y seguido por varios estadounidenses.

“Son personajes interesantes viven una dualidad como seres humanos, tienen sentimientos por sus hijos y familia, pero tienen un lado muy oscuro; mi película explora esa dicotomía y lo hace ya distinta a otra que se haya hecho de la mafia; jamás pensé que hubiera una historia así”, expresa brevemente en el Coloso, el nacido en Nueva Jersey.

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