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Debido a un proceso de propiedad legal, la cinta El apando dirigida por Felipe Cazals hace más de 40 años, no ha podido ser restaurada.

El negativo original, que ahora es custodiado por la Filmoteca de la UNAM, ha generado más de 100 copias, detalla el propio realizador, lo cual lo deteriora.

“Urge recuperarse El apando, pero pasa por una circunstancia de propiedad complicadísima, pero el negativo está lastimado”, dice Cazals.

“No sé si la vida me dé tiempo (para verlo), está muy maltratado, tiene 120 copias sobre el negativo original”, subraya el cineasta.

El apando, con guión de José Agustín y José Revueltas, se desarrolla en Lecumberri, máxima prisión en los años 60 y a donde iban a parar los presos políticos.

Salvador Sánchez, José Carlos Ruiz, Manuel Ojeda, Delia Casanova y María Rojo conformaron el elenco del largometraje ganador del premio Ariel en Mejor Edición.

La Filmoteca de la UNAM es, junto con Cineteca Nacional, los dos únicos sitios que cuentan con el equipo necesario para preservar en buen estado los negativos de cine.

Pero Felipe Cazals sabe que todo es mejorable y pensó en El apando para ser restaurada, antes que en Los motivos de Luz, título finalmente recuperado y cuya versión se proyectó en el pasado Festival de Cine de Morelia.

Su otra cinta de la trilogía que lo hizo famoso, Canoa, ya fue restaurada desde hace dos años.

“Mientras se resuelve eso (el proceso de propiedad), me pareció que Los motivos de Luz era una opción, claro, había que preguntarle al productor que se arriesgó hace 32 años, a volverle a invertir, le dije era necesario, hice una prueba con la primera escena y le volvió a entrar”, recuerda Cazals.

Ahora se pretende que siga mostrándose en certámenes de cine y que se dé a la tarea de buscar plataformas digitales.

Sin proyecto. La más reciente vez que Cazals se puso detrás de una cámara fue en 2013 con Ciudadano Buelna, protagonizada por Sebastián Zurita.

Ganador en San Sebastián, Amiens y Berlín, además poseedor del Ariel, a sus 80 años se siente agradecido con el cine, aunque bromista.

“No ha valido (la pena), pude ser un buen dentista por ejemplo, no sé, estoy inventando (risas), he llegado a los 80 años y he tenido una experiencia maravillosa, soy un gran deudor, le debo mucho a muchísimos que ni siquiera se dieron cuenta o si lo hicieron, dijeron ‘qué malagradecido este cabrón’

“Pero yo sé que solito no hubiera hecho ni una película, ni una solita, soy un gran deudor y todo lo que merezca en mis películas es compartido con todos porque aprendí de los eléctricos, de los utileros y hasta de los actores (risas)”, destaca.

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