Acercarse a "Star Wars" significa estar ante un universo binario, con dos soles en el horizonte, el bien peleando contra el mal, gemelos Skywalker y un lado oscuro de la fuerza deseando tragarse al luminoso.

"El despertar de la fuerza" contiene en sí también su experiencia binaria. Por un lado, brinda una experiencia para que el aficionado pueda sentirse en homenaje a las nueve películas de la saga de "Star Wars" y por otro, la conclusión de esta última trilogía donde sus protagonistas Rey (Daisy Ridley) y Kylo Ren (Adam Driver), son las caras opuestas de una misma moneda donde habita la fuerza.

Mientras hace dos años, el episodio VIII significó una ruptura con el pasado, bajo el mando de Rian Johnson, quien estableció que la fuerza podría ser usada por cualquier ser, sin importar el linaje, en "El ascenso de Skywalker" el director y co-escritor J.J Abrams abraza más la posibilidad épica de sus personajes, subrayando que uno no puede existir sin el otro y que sus poderes sobrehumanos tienen su mayor poder cuando se piensa en cómo conectarse con las demás personas, más en el cómo destruirlas, dominarlas y controlarlas.

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Abrams, no tiene miedo en apretar los botones que sabe sacarán una reacción emotiva del espectador y asume que el espectador del también llamado Episodio IX , está además de preocupado de saber la suerte de Rey y sus amigos, en experimentar una sensación de adiós para los nueve episodios de "Star Wars", gestados por 42 años.

En sus mejores momentos, "El ascenso de Skywalker" , consigue integrar a la generación de los niños que vieron en 1977 la original "Star Wars" de George Lucas , con aquellos que se acercaron a estos filmes en el cambio del siglo, trayendo un mensaje de integración sobre el legado de los padres, maestros y ancestros que hacen a la mujer y hombre del hoy, más poderosos por las lecciones del pasado a su disposición; pero sobre todo por el amor compartido.

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El lado más épico sucede cuando el Episodio IX, se alimenta del cómo dos polos opuestos se atraen y necesitan para existir, mientras que esa codependencia puede traer estragos o un camino de salvación a la galaxia.

En su camino por crear emotividad, a veces se sacrifica la lógica y los personajes se encontrarán en situaciones no vistas antes en la saga, que apelan más al género de fantasía y magia, que al de la ciencia ficción. Igualmente, el toque Disney sucederá en distintos momentos, recordando una y otra vez que el filme es familiar y que las amenazas de peligro, siempre irán acompañadas por la idea que todo puede salir bien.

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"El ascenso de Skywalker" es el adiós a la familia de Luke y Lea en pantalla grande, con escenas que guiñan al espectador y apariciones tipo cameo de personajes que forjaron la trama. Todos dejan caer el telón y con ello concluye algo que se suponía hace cuatro décadas sólo sería un homenaje a los seriales de matinee y a Flash Gordon . ¡Qué equivocado estaba el joven George Lucas!

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