Mostrar sin pudor el deseo masculino y contar una historia de amor entre hombres es lo más importante de El baile de los 41, cinta protagonizada por Alfonso Herrera.

Eso dice David Pablos (Las elegidas) director del filme que retrata los hechos ocurridos la madrugada del 18 de noviembre de 1901, cuando la policía irrumpió en una fiesta donde hombres, algunos vestidos de mujer, bailaban entre sí.

Herrera (El elegido y Sitiados: México) interpreta a Ignacio de la Torre y Mier, yerno del entonces presidente Porfirio Díaz y quien habría estado en la fiesta vestido de mujer, pero ocultaba su identidad por órdenes del mandatario.

“Primeramente es hablar de los hechos alrededor de este baile, de retratar lo que representó en su momento esta redada, lo que representa humanizar a estos hombres y visivilizarlos”, dice Pablos.

“Para mí era importante demostrar de manera contundente y sin pudor el deseo masculino y contar una historia de amor entre hombres, es algo que se debería ver en cine mexicano y que pocas veces ha sido retratado”, considera el director.

Los hechos históricos señalan que quienes vestían como mujer fueron trasladados a cárceles, como la de Belén, mientras que otro grupo fue llevado a cuarteles militares, y otros, para servir como leva, reclutas obligatorios del Ejército que pelearían en la Guerra de Castas.

Llevan al cine la noche del deseo masculino
Llevan al cine la noche del deseo masculino

El elenco

Junto a Herrera se encuentran Emiliano Zurita (Señora Acero), como su interés amoroso y Mabel Cadena (Ingobernable y Monarca) en el papel de Amada Díaz, hija de Porfirio Díaz. Como complemento, Pablos se dedicó a buscar a no actores también.

“Mi grupo de 41 homosexuales tiene tanto actores, como no actores, casteamos dentro de la comunidad gay y aún no puedo decir nombres, pero para mí era importante tener caras y presencia que nutrieran y dieran vida a esta comunidad que es parte esencial de la película, retratar a esta sociedad clandestina”, apunta el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica.

El baile de los 41 se filmó en locaciones de la Ciudad de México, como el Museo Nacional de Arte (Munal) y la Casa Rivas Mercado, así como en Guadalajara.

Producida por Canana, el estreno comercial de este filme se tiene programado para otoño en Netflix y cines por la distribuidora Cinépolis.

“Alrededor del baile hay poca información, no hay más de lo que popularmente se conoce, así que en realidad donde más me clavé investigando fue en la vida histórica, política y social de ese momento del porfiriato”, detalla.

“Fue ir estudiando usos y costumbres para, a partir de toda esa recopilación, decidir donde iba a respetar y dónde olvidar para ficcionar”, destaca Pablos.

Carolina Acosta (Mano de obra) fue responsable de la direccion de fotografía, mientras que Mónika Revilla (La casa de las flores y Juana Inés), del guión.

Pablos tiene en cartera otros proyectos como Los detectives salvajes , basada en la novela del escritor chileno Roberto Bolaño y otro con Karla Souza (Nosotros los Nobles), sobre el abuso, cuyo rodaje se realizaría, tentativamente, este año.

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