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Un día de compra de útiles escolares en el corazón de la Ciudad de México tuvo un elemento adicional que puso sabor al domingo: el rodaje de la película Godzilla.

Así, entre carreras y compra de uniformes de los padres de familia, además de turistas y paseantes, hubo espacio para detenerse y contemplar el “cámara… ¡acción!” de la producción estadounidense, esperando la aparición del temido monstruo.

“¡Lleve el uniforme, todas las tallas, aquí los mejores precios!”, se escuchaba que gritaba una chica en uno de los negocios cercanos a la locación, ajena a lo que ocurría a unos metros de distancia y enfocada únicamente en vender su mercancía.

“Por mí que graben lo que quieran, es más publicidad para que venga la gente acá al centro. Ni sabía que iban a estar todo el día y ya mañana entran los chamacos a la escuela”, expresó una vendedora quien, junto con otros locatarios afectados por el cierre de la calle, se les proporcionó un brazalete que debían mostrar todo el tiempo para desplazarse.

En el ambiente se notaba la emoción de algunos locatarios de la zona centro, quienes se asomaban en la calle de Academia, bloqueada con barricadas y seguridad pública.

“Nos citaron aquí desde las 5 de la mañana. La verdad ha sido mucha la desvelada y, si te soy honesta, nos pagaron mejor cuando grabamos la de James Bond, pero chamba es chamba”, comentaron un par de extras que prefirieron no dar su nombre.

Hombres, mujeres y algunos niños formaron parte de los extras que se dieron cita con el fin de salir en esta cinta. De acuerdo con personal de la producción, un total de 600 fueron los requeridos para este día de rodaje.

“Sólo nos han dicho: pongan cara de miedo y corran, no volteen a la cámara y corran hasta que escuchen corte”, dijo otra de las extras.

Unos vestidos de jeans y camisa y otros luciendo ropa típica mexicana, entre rebozos y sombreros, 600 extras caminaban por ahí.

“¡Action!”, se escuchaba a la distancia, mientras que un grupo de personas se encargaba de distribuir el humo en la escena, la cual filmaron una y otra vez.

Coches con las puertas y los cofres abiertos, un accidente de autos simulado y personas con maletas y bolsas complementaban la escena que se realizaba una y otra vez.

Mientras a la orden de “¡acción!” unos extras corrían sobre la calle Emiliano Zapata, personal de producción escondido de rodillas a un costado de las camionetas sobre Academia daban la orden: “¡Corran ya! ¡Corran ya!”, para después de hacerles señas, esconderse nuevamente.

“Hasta ahora sólo han sacado humo y un poco de viento con el ventilador grande. Nos hacen correr, nos detienen un segundo y volvemos a correr pero ahora gritando, sólo cuando el director grita ‘¡freeeezeeeee!’ (congelados) nos detenemos, miramos hacia arriba y volvemos a correr”, dijo otra de las extras.

Durante la jornada, elementos de seguridad resguardaron calles, entradas de los edificios aledaños y balcones. También 50 elementos preparados para desactivar bombas.

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