Ernesto Gómez Cruz, un actor de 86 años con diferentes rostros

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Con un promedio de cuatro producciones anuales, entre películas y telenovelas, Ernesto Gómez Cruz festeja sus 86 años como los grandes de la actuación en el cine y la televisión , activo, pleno y deseoso de tener más llamados.

Su carrera en el audiovisual la arrancó en 1967 con la cinta "Los caifanes", siendo la más reciente participación en la serie televisiva "Por amar sin ley", en 2018.

Ernesto Gómez Cruz

suma varios premios en su carrera, como tres Ariel, uno de ellos a su trayectoria, así como el de Mejor Actor en los festivales de La Habana y San Sebastián.

EL UNIVERSAL te presenta 10 personajes que el veracruzano ha interpretado y permanecido en la memoria del público:

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El Azteca forma parte del grupo de jóvenes que por una noche le hacen ver su suerte a una pareja. Viste a la Diana Cazadora con ropa interior y se mete a un ataud para ver qué significa la muerte.

Chankin es un chamula que ve cómo un cineasta llega a retratar su realidad, aunque de manera falseada. Debe aguantarse debido a la pobreza y los abusos que hay sobre él.

Unos cuántos minutos sirven para dibujar a Lucas García, el campesino rebelde que ayuda a los estudiantes perseguidos, minutos antes de su linchamiento. Intenta protegerlos y es asesinado.

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Un gallo y una mujer son la perdición de Dionisio Pinzón, ganador en palenques. Bajo la dirección de Arturo Ripstein, su trabajo obtuvo galardones en La Habana y San Sebastián.

Su protagónico en telenovela no podía ser con cualquier personaje y entonces acepta ser un bandido que roba la ropa de un sacerdote muerto, encontrando en el camino, haciéndose pasar por él.

Telenovela histórica donde interpreta a Benito Juárez, presidente de la República. Su aparición en cinco episodios fue suficiente para verlo como un fuerte Benemérito de las Américas.

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Don Ru es un cantinero, en la Lagunilla de la Ciudad de México, que seduce a un joven dependiente de tienda de ropa. Su hijo lo descubre y entonces debe recapitular su vida.

Decide dejar las filas de Televisa y sumarse a las de TV Azteca a través de Argos. Su personaje de Faustino Valdéz podrá no decir mucho, pero se llevó las palmas por romper en su momento con la que fue su casa por casi tres décadas.

Un obispo corrupto que ordena a los sacerdotes sumarse a su forma de tomarla religión. Tiene dinero, posesiones y todo lo que teóricamente no debería tener un religioso.

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El narco que coloca a presidentes municipales y jefes de policía, que puede llorar por la muerte de un hijo y ser cruel con quienes lo traicionan. Su final se da ya en la cumbre política, siendo muerto durante los festejos del bicentenario.