Haciendo granizo de improviso , buscar un loro que hablara y el entendimiento de que no habría fotógrafo que entendiera su visión, forma parte de las leyendas en torno al rodaje hermético de ROMA.

Relatan que en la secuencia del granizo, Cuarón decidió adelantarla causando estrés en la producción, por no tener lista la máquina.

“Tuvimos que cortar cachitos de hule espuma”, cuentan.

Y un día pidió un loro que dijera “Cleo”, lo cual tardaría meses, por lo cual desistió la idea.

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