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Venecia.— Era una de las películas más esperadas no sólo del Festival Internacional de Cine de Venecia, sino del año. Y ayer por fin prensa y público vieron en la Mostra la que podría decirse es la obra maestra del director mexicano; el filme no defraudó y cosechó una ovación de pie de más de ocho minutos que conmovió al director y sus actrices Yaritza Aparicio, Marina de Tavira y Nancy García, también presentes en la Sala Grande del estreno.

"Roma" compite por el León de Oro, junto con Nuestro tiempo, de otro mexicano, Carlos Reygadas, ante un jurado presidido por Guillermo del Toro, quien justamente obtuvo el máximo galardón el año pasado por La forma del agua.

Con una cinta que posee varias capas de lectura, Cuarón demostró que está en su mejor momento.

El filme se sitúa a principios de los años 70 y narra un momento crucial de una familia de clase media que vive en la Colonia Roma de la Ciudad de México.

La relación de los cuatro hijos de una química y un doctor con sus dos nanas, principalmente Cleo, son el eje de una historia llena de poesía y lecturas. Desde la situación sociopolítica de los años 70, con los ecos de la revuelta estudiantil hasta la unión de dos mundos bajo un mismo techo, como lo es el de Cleo y la familia para la que trabaja, Cuarón muestra cómo dos mundos y circunstancias tan diferentes: la de la clase mexicana más desfavorecida y los burgueses, se tocan y encuentran puntos de unión a pesar de la complejidad de estas relaciones.

"Roma" está dedicada a la nana de Alfonso, Libo, de la que él mismo contó: “Ella fue mi nana de niño y se convirtió en parte de la familia y nosotros nos convertimos en parte de su familia. El personaje de Cleo partió mucho de mis propios recuerdos y de las extensas conversaciones que tuve con Libo, pues hablé mucho con ella durante el rodaje. Cuando creces con alguien que amas, en realidad no cuestionas su identidad y aquí de pronto este proceso me forzó a ver a Cleo (Libo) como una mujer, con toda una complejidad alrededor de ella. Una mujer que pertenece a las clases bajas, de origen indígena y eso creó todo un nuevo punto de vista que quizá yo no tenía”.

Para Alfonso, cuando la película se manifestó había tres elementos que eran clave. “Uno era el personaje de Cleo, la otra es que la herramienta para descubrir esta película era la memoria y, la tercera, era que tenía que ser en blanco y negro y a partir de ahí esos elementos nunca los cuestioné. Eran la semilla y tenía que respetar ese DNA”.

Ante la pregunta de EL UNIVERSAL sobre qué le había despertado haberse reencontrado con México y con sus memorias, explicó:

“Cuando haces una reconstrucción de tu pasado rodando en una locación, en una casa que es una réplica idéntica a la original, con todos los mosaicos, los murales, una recopilación de quizá el 70% de los muebles originales, con un trabajo por toda la Ciudad de México, con todos los miembros de la familia que tenían esos distintos muebles y esos cuadros, con un reparto que es idéntico a la gente de la vida real pero hace casi 50 años recreando esos momentos que tú viviste, es imposible que no sucedan cosas en tu casa”.

Alianza con Netflix. Sobre por qué decidió hacer esta cinta para una plataforma digital como Netflix —que le impidió competir en el Festival Internacional de Cine de Cannes en mayo pasado—, dijo que ayudará a que "Roma" llegue a más lugares.

“Esta película va a ser distribuida en muchísimos territorios, tanto en la gran pantalla como en las plataformas. Sabemos perfectamente que una película en español en blanco y negro y mixteco, y que es un drama, no una película de género; tiene mucha dificultad de encontrar espacios, de tener un aparador. Eso es un gran regalo que hemos tenido en la colaboración con Netflix.

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