El encuentro entre un pastor protestante y una mujer evangélica servirá en la obra de teatro La fundamentalista para poner el dedo en la herida sobre un tema que se ha visibilizado mucho en los últimos años, el acoso.

Es un tema espinoso, asume Ignacio García, director de la puesta en escena,

“Además, en esta obra de teatro está planteado de una manera muy lúcida, porque es un recuerdo remoto de los dos personajes y nunca sabemos exactamente qué pasó en ese tiempo. En la puesta en escena está tratado con una gran humanidad, donde lo importante es la herida, la quiebra de un ser humano a partir de una experiencia traumática”,

La fundamentalista aborda la historia de Marcos (Luis de Tavira), un pastor y autor de una serie de libros que intenta renovar la fe de las nuevas generaciones en la Iglesia, de pronto regresa a su vida Heidi (Aurora Cano), una chica a la que dejó de ver hace 20 años y con la que mantuvo una entrañable amistad en su juventud.

Él intentará redimirla de lo que considera un fanatismo peligroso, mientras ella tratará de redimirlo de lo que cree es un ejercicio de soberbia ciega e incongruente.

El director explica que el suceso del acoso en la obra pareciera que no tiene gran trascendencia para la protagonista, pero, por la relación de afecto que tiene con el otro, este hecho lo rompe y eso es lo importe.

“La obra habla de eso, de que no hay mayor religión o condición espiritual del ser humano que la capacidad de estar con aquel que se quiebra, y aquel que no es capaz de eso está equivocado; si conseguimos contar eso en un mundo de tantas agresiones verbales, ideologías y redes sociales, habrá valido la pena. Si entendemos que es más fácil encontrar una vacuna para una pandemia mundial como ésta, que una vacuna para el fundamentalismo, entonces estaremos en el camino”.

El actor Luis de Tavira indicó que otro tema siempre complicado de abordar es el de la religión, así se trate de individuos declarados agnósticos o por aquellos que la consideran un factor importante en su vida.

“En la obra (el tema del acoso) está tratado con humanidad. Lo importante es la herida, la quiebra de un ser humano a partir de un trauma”; Ignacio García, Director de la obra.

“Es un asunto central en la vida de todos, pero también se ha convertido en un punto o de convergencia comunicante entre los seres humanos, porque reúne, o de diferencia, e incluso de lucha o de razón, de discordia y de guerra, es un fenómeno que tenemos que pensar, porque se convierte en una crisis de la verdad”, expresó.

Agregó que esto es un signo de nuestro tiempo, donde cualquiera puede asegurar que ostenta la verdad, lo que da pie a los fundamentalismos.

“Esto nos habla de una sociedad que ha llegado una terrible miseria de espíritu y entonces se aferra con radicalidad a ciertos contenidos, que parecieran responder a preguntas que no encuentran una fácil respuesta, y que intentan convertirse en ideología, por lo tanto es una imposición a una manera de ver y de comportarse”.

Aurora Cano explicó que esta puesta en escena tuvo su primera temporada en 2019, con una buena respuesta del público, así que se planeó la segunda al siguiente año, pero como sucedió con muchas producciones, se detuvo por la pandemia, y hasta año y medio después se pudo retomar, esta vez en el teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional), a partir de hoy y hasta el 18 de julio.

“La realidad del teatro es la del espectador de hoy en la noche; volver es motivo de gran alegría”, señaló De Tavira.

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