El jueves 22 de enero —hace 197 días—, titulamos el Itinerario Político de la siguiente manera: Beltrones al PRI.

Dijimos que frente a las penosas experiencias que en esos días vivían el PAN y el PRD en la renovación de sus dirigencias, en el PRI también existían ambiciosos sin límite que pretendían repetir la fallida experiencia de Roberto Madrazo. Es decir, dividir al partido para apoderarse de la candidatura presidencial.

Sin embargo, también dijimos que en el relevo de la dirigencia del PRI “previsto para agosto próximo” el caso de Beltrones sería totalmente distinto. “Beltrones no apostará a dividir al tricolor porque sabe que cuando el PRI está en el poder, el que manda despacha en Los Pinos”.

Pero además, señalamos que “Beltrones tiene la virtud de los políticos de grandes ligas. Sabe el valor de los tiempos y sabe esperar. Y sabe que otros integrantes del gabinete presidencial se prepararán para la silla de Colosio e Insurgentes”.

Y preguntamos: ¿Qué futuro le esperan al sonorense al terminar su encargo en San Lázaro? Nadie lo sabe de cierto. Lo que sí se sabe es que Beltrones es el priísta al que más le debe Enrique Peña Nieto. Al tiempo”.

Y el tiempo —como suele ocurrir—, puso a cada quien en su lugar.

Regresamos al tema el 17 de mayo, en la campaña electoral intermedia, para poner el acento en un inusual activismo de Beltrones. Dijimos: “hoy se puede ver al aún diputado Manlio Fabio Beltrones como uno de los más activos promotores del voto a favor de los candidatos del PRI en todo el país”. Y destacamos que en semanas “Beltrones será un político desempleado”.

Y advertimos que ese era el verdadero mensaje de Beltrones, sobre todo “ante la vieja conseja política de que el político más peligroso es el político desempleado. ¿Por qué? Porque un político desempleado no tiene lealtad más que para su causa. Y frente a esa lealtad se convierte en promotor de su propia candidatura. Todos saben que Beltrones busca llegar al PRI. Y si en el gobierno de Peña son inteligentes —lo que a estas alturas muchos dudan—, lo harán presidente del PRI. Si no, desde hoy será el más aventajado candidato presidencial del PRI. Al tiempo”.

Y el tiempo confirmó que en política Peña Nieto no ha perdido el sentido fundamental; el olfato político. Beltrones será el próximo presidente nacional del PRI, como lo pronosticamos hace 197 días. Ahora la pregunta apunta a otro lado. ¿Cuál será el papel fundamental de Beltrones en la segunda mitad del gobierno de Peña Nieto?

Está claro que Beltrones deberá operar con eficacia, talento y rigor la renovación de los gobiernos de medio país, que tendrán lugar en 2016 y 2017 —en total se renovarán 14 gobiernos estatales—, pero acaso más importante que todo lo anterior sea el trabajo político, el de contrapeso y punto de equilibrio de un gobierno que pierde el rumbo.

No, Beltrones no competirá con Peña Nieto. No regateará un milímetro las decisiones presidenciales. No competirá con los integrantes del gabinete presidencial, porque no tendrá necesidad de esa competencia.

Pero la sola presencia de Manlio Fabio Beltrones en el PRI será un contrapeso formidable a la debilitada triada de Los Pinos; provocará un mayor reparto de poder entre los grupos del PRI y, sobre todo, dejará en manos de un político ajeno al Grupo Compacto de Peña Nieto, la construcción del arrancadero presidencial de 2018. A su vez, el PAN y el PRD tendrán enfrente a un verdadero político.

Y es que Peña Nieto cometió uno de sus mayores aciertos. Al tiempo.

Twitter: @ricardoalemanmx

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