Al senador Félix González Canto, ex gobernador de Quintana Roo (2005-2011), le ha empezado a llegar la lumbre a los aparejos. Su nombre aparece cada vez con mayor frecuencia en la investigación contra su sucesor Roberto Borge Angulo (2011-2016) detenido en Panamá desde el pasado 4 de junio. Fuentes del actual gobierno aseguran en Chetumal que, incluso, ya se abrió una investigación específicamente contra él.

La PGR (carpeta de investigación UEIORPIFAMQR/0000749/2016 consignada por la SEIDO) acusa a Borge de la adquisición con prestanombres de terrenos del estado a precios subvalorados y de presunto lavado de dinero en la compra de una empresa de embarcaciones turísticas en la Riviera Maya.

Cada vez surge más evidencia de que Borge habría operado con la anuencia, o de plano bajo las órdenes de González Canto. A los quintanarroenses les queda claro que Roberto era el títere de Félix, a lo largo de una añeja relación política y de negocios que se remonta a sus padres. Esa condición es la que lleva a afirmar en los corrillos políticos del estado que Borge no hacía nada sin el aval de su antecesor.

Es más, la respuesta a una solicitud de información pública (00195812) dada a la presidenta de la asociación civil “Somos tus Ojos”, Fabiola Cortés Miranda precisa los folios del Registro Público de la Propiedad que confirman que durante el gobierno de González Canto también se malbarataron a particulares 877 predios del estado: 406 en Playa del Carmen, 176 en Cozumel, 156 en Cancún y 139 en Chetumal.

Pero ese negocio (que continuó tras el cambio de gobierno ya que Borge al cuarto día de su gestión vendió mil kilómetros cuadrados de la isla de Cozumel a 50 centavos el metro cuadrado), quizás palidezca con el escándalo de las navieras, donde la dupla González Canto-Borge habría lavado dinero para crear Barcos Caribe (Impulsora Marítima de Quintana Roo y el Caribe S.A. de C.V) y disputar el mercado de transbordadores a otras dos poderosas familias quintanarroenses: la de los Joaquín (a la que pertenecen el secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell y el actual gobernador panista Carlos Joaquín) y la de los Molina (Trino, el fundador y su hijo Juan Pablo Guillermo, asociado con los Joaquín en gasolineras, hoteles y tiendas de Cozumel).

Barcos Caribe fue fundada por el papá de Borge y el tío de González Canto. Ya fue asegurada por la PGR sin que hasta ahora el SAT haya dado a conocer el resultado de la auditoría emprendida para determinar la procedencia de los 299.9 millones de pesos con que fue creada. El “Caribe 2”, uno de sus ferris, sigue fondeado en el muelle de la Capitanía de Cozumel, por la insolvencia de la empresa para cubrir reparaciones. El “Caribe 4” y el “Caribe 5”, salieron de astilleros australianos hace unos meses, pero continúan fondeados allá porque su importación no ha sido autorizada por la Aduana de México, ya que no han justificado la procedencia del capital de compra.

Pero el remate de terrenos y la creación de una naviera para, presuntamente lavar recursos de procedencia ilícita, no parecen ser las únicas fuentes de corrupción de los dos anteriores gobiernos quintanarroenses. Hay una tercera que toca peligrosamente al narcotráfico y que explica la violencia entre cárteles en que se han sumido importantes destinos turísticos del país.

El analista político Guillermo Vázquez Handall, en algún momento súper asesor del ex gobernador Borge, asegura que ambos mantenían una especie de acuerdo entre autoridades estatales y municipales con los principales grupos delincuenciales.

Fuentes de la PGR aseguran que se sigue la pista del presunto vínculo de González Canto con el constructor Luis Carlos Carrillo Cano, a la sazón sobrino de Amado Carrillo, El señor de los cielos. A él se le concesionó la construcción de la cárcel de Cancún (dicen que con pasadizos secretos para eventuales fugas), pero cuando se descubrió la relación familiar, la obra se suspendió.


INSTANTÁNEA. ALIANZAS. Como las alianzas políticas vaya que pagan, Jorge Emilio González Martínez, dueño del Partido Verde, no ha sido ajeno a los multimillonarios negocios que se hacen en Quintana Roo. Por ese estado y como parte de la alianza PRI-Verde, el famoso Niño Verde y González Canto llegaron al Senado en 2012. Y así como éste tuvo a su títere Borge, aquel tiene como tal al actual alcalde de Cancún, Ramberto Estrada Barba, un joven de 27 años que más bien se la pasa en la fiesta. El que manda y hace los negocios es González Martínez, quien es senador con licencia y lleva ya varios años viviendo en Cancún. El mando único (solicitado por el gobernador Carlos Joaquín) los tiene confrontados. Ramberto, es decir, su patrón González Martínez, lo rechaza. Y es que Emilio se trajo, como asesor de seguridad del alcalde, al ex militar retirado Julián Leyzaola Pérez, quien fuera secretario de Seguridad Pública en Ciudad Juárez y Tijuana, muy polémico por sus métodos para enfrentar el narcotráfico. Pero Leyzaola sigue con su corazón en Baja California, pues ya dijo que si su partido (Encuentro Social) lo respalda, contenderá para ser gobernador.

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