Ni hablar, cuando hay algo en común entre dos partes se produce una atracción natural que acaba fundiéndolas en una misma cosa, así pasa con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos y la salida de Claudia Ruiz Salinas de la Secretaria de Relaciones Exteriores, esta última como si hubiera sido a petición del presidente electo. Conocidas, denunciadas y exhibidas sus inclinaciones misóginas, quitar a una mujer y poner a un hombre al frente del área de gobierno encargada de atender los asuntos de México con su país, y quién mejor para eso que el personaje que le abrió los Pinos para hacer campaña electoral en nuestro país, como Luis Videgaray, la misoginia como diplomacia.

Si fue a petición, que lo dudo, muy mala la respuesta del gobierno, pero como creo que sucedió, tratando de quedar bien, solo para ver si se puede recomponer algo que de nacimiento esta mal, es peor.

La relación de México, con el vecino del norte, no va a mejorar en nada con la llegada del nuevo secretario de Relaciones Exteriores, el mal es de origen y así se dibujo en la primera conferencia de prensa que da el presidente electo, no habrá cambios, no habrá matices, no será diferente a lo que vimos en campaña, y la respuesta mexicana de condescendencia, es simplemente un acto de sumisión total.

Ante los genes del futuro presidente de Estados Unidos no era posible que una mujer estuviera al frente de Relaciones Exteriores, no había posibilidades de que mi paisana, Claudia Ruiz Massieu, parlamentara con un personaje que gusta de minimizar el valor y la calidad de las mujeres, a quienes solo ve su lado sexual, ahí están Summer Zervos, participante de un  reality show televisivo, y Kristin Anderson, con quienes el magnate tuvo comportamientos inapropiados.

En fin Ruiz Massieu tuvo que salir porque no encajaba en el perfil diplomático misógino del norteamericano, así lo pensaron los que según creen que piensan en donde se toman las decisiones, y el gobierno mexicano cedió, se argumentará que estratégicamente poniendo a quien lo hizo ver presidente de Estados Unidos antes que nadie, delatando así también el grado de misoginia que tenemos en la actual política exterior mexicana pasando por alto el reconocimiento a la mujer en ese cargo como Rosario Green y Patricia Espinosa.

Aún y cuando la Secretaría de Relaciones Exteriores es una de las dependencias de gobierno que tiene más mujeres en puestos de mando, la decisión de quitar a Claudia Ruiz Massieu, refleja la escasa valoración que se le da a la mujer al frente de responsabilidades importantes en el actual gobierno a contracorriente de lo que la sociedad exige que es mayores de espacios y oportunidades para las mujeres en la política, economía y roles sociales.

México está listo para dar el paso a que no sólo mujeres estén al frente de secretarías de Estado, sino en la misma Presidencia de la República, está comprobado que la misoginia es un lastre para la democracia y por lo que se ve, en ese sentido habrá un retroceso en Estados Unidos y muy seguramente un avance en nuestro país en la elección del 2018 cuando una mujer gane la elección presidencial.

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