Indigna el gasolinazo, enoja el desabasto, asustan los saqueos. Pero nada se ha hablado de quien me parece es el principal afectado por la liberación de los precios del combustible y por tanto el que tendría más incentivos para causar caos e incertidumbre: el sindicato de Pemex.

Existe una rabia genuina de los ciudadanos ante un gobierno que luce insensible. Es verdad también que grupos antisistema y hasta partidos pudieron haber alentado bloqueos y saqueos. Pero hay más elementos.

Por eso no es un desatino poner bajo sospecha al sindicato de Pemex. Su dirigente, Carlos Romero Deschamps, es un rancio político corrupto conocido por sus prácticas gangsteriles.

El sindicato tiene más de cien mil afiliados. La mayoría, trabajadores profesionales y decentes. Pero controla igualmente grupos de porros y se ha denunciado que se lleva una gran tajada del negocio de la ordeña ilegal de ductos.

Es relevante porque justo en el desabasto nace el caos de los últimos días. La explicación de Pemex fue que la escasez se debió a que uno de los ductos más importantes del país fue “picado” por los delincuentes.

¿Qué tuvo de especial esa ordeña si a diario en nuestro país se “pican” decenas de ductos para robar combustible?

No me parece casual que el desabasto se haya generado a unos días de que se liberara el precio de las gasolinas. Sobre todo porque esa liberación implica más competencia para Pemex, y concretamente, significa el fin del monopolio que controla el sindicato.

Fuentes del sector energético respaldan esta sospecha. Y agregan que fue inusualmente lenta la manera en cómo los trabajadores del sindicato enfrentaron el problema. Deducen que a ellos les conviene generar la imagen de caos, de incertidumbre, de que el sector no está listo para la apertura, a ver si los políticos muerden el anzuelo y posponen la entrada de competidores.

Luego vino el aumento del precio de la gasolina y se desataron protestas por todo el país, pero especialmente firmes en Baja California y Sonora. Curioso. No es que esos estados sean de los más revolucionarios, tampoco de los más petroleros, tampoco donde Morena tenga bastiones. Pero son los estados en los que comenzará la apertura en el primer trimestre de este año.

Cuando bajó la marea, ¿cuál fue la única instalación de Pemex que seguía tomada? La de Mexicali, que como es frontera, es el lugar donde se le terminará primero el negocio al sindicato, ya que la apertura implicará que más empresarios podrán tener pipas para dar el servicio de transporte de combustible.

Y hoy por hoy ese negocio es casi en su totalidad del sindicato y sus dirigentes, que gozan de discrecionalidad para definir a quién le venden combustible y en dónde se lo ponen para que lo recoja, dos factores que inciden dramáticamente sobre las utilidades de los gasolineros.

SACIAMORBOS ¿Más móviles? Hoy la Suprema Corte discute la disputa entre el sindicato y la Cofece. Definirán si le mantienen el monopolio a Romero Deschamps en el negocio del transporte y distribución. Demasiadas coincidencias como para no tenerlos en la mira.

historiasreportero@gmail.com

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