Estimada gobernadora, estimados gobernadores, estimado jefe de Gobierno,

Según entiendo, han pasado algunos días de esta semana en la Ciudad de México. Para conmemorar los quince años de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO). Y entre mucho festejo, les alcanzó el tiempo para quejarse amargamente del nuevo sistema de justicia penal, el que tuvo ocho años de gestación y que ustedes (o algunos de ustedes) celebraron por todo lo alto hace apenas trece meses.

Por ejemplo, Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, dijo que “los operadores de la justicia, como son los jueces y los ministerios públicos, nos están refiriendo algunas actitudes de la delincuencia de estar aprovechando algunas cosas del sistema donde hay hipergarantismo”.

El señor Fayad no dio muchas precisiones sobre las “cosas” que provocan las “actitudes”, pero supongo que se refiere a que, en el nuevo sistema, no es tan fácil mandar a los inculpados a prisión preventiva. Eso ha sido motivo de queja reciente tanto de gobernadores como de funcionarios federales.

Hace unos días, su anfitrión, Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México, advirtió que, acogiéndose a un criterio de la Suprema Corte, hasta cuatro mil reos podrían salir de la cárcel y enfrentar su proceso en libertad. Sólo en la Ciudad de México, según (mal) explicó. A nivel nacional podrían ser “varios miles más”.

Por su parte, el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, ha dicho que la violencia va al alza porque la portación ilegal de armas de fuego ya no es causa de “prisión preventiva oficiosa”. Y la prueba es que, en el último año, los homicidios con arma de fuego han crecido más que los homicidios con otro tipo de arma o método.

¿La solución que exigen? Una reforma a la reforma para ampliar la lista de delitos que detonen, de cajón, prisión preventiva para los inculpados.

No suena irrazonable su demanda, pero hay dos cosas que producen escozor. Primero, están argumentando con anécdotas y especulaciones, no con datos.

Decir que, en el último año, han crecido los homicidios con arma de fuego más que otro tipo de homicidios es no decir gran cosa. Exactamente lo mismo sucedió, por ejemplo, en 2009 y 2010, cuando la reforma al sistema de justicia penal estaba aún en un horizonte lejano.

Además, el efecto ha sido menor al argumentado por el comisionado Sales. En los primeros cinco meses de 2016, 59% de los homicidios dolosos se cometieron con arma de fuego, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ¿Y en 2017? 65%. Sí, algo más, pero no lo suficiente para emitir juicios categóricos.

Por otra parte, hay un dato que, desde los medios, se ha pedido insistentemente desde que inició esta discusión. En el último año, ¿cuántas personas, liberadas tras ser detenidas por posesión de armas, fueron luego reaprehendidas por homicidio doloso? El Comisionado Sales dijo que no tenía el dato ¿Tal vez alguno de ustedes si lo tiene para su estado? Y si lo tienen, ¿lo podrían compartir? ¿O prefieren seguir discutiendo desde la elucubración?

Segundo, están exigiendo un cambio legislativo cuando ustedes (o la mayoría de ustedes) no han hecho la parte que les corresponde ¿O me van a decir que todos tienen funcionando al cien su unidad de medidas cautelares? ¿Todos ya dispusieron más recursos para los servicios periciales? ¿Todos ya le entraron a la reforma de su policía de investigación?

¿No? ¿Aún no? ¿Está en proceso? OK. Fregón.

Les propongo entonces un trato. Produzcan datos y hagan su parte en la transformación del sistema y discutimos todas las reformas que quieran.

Por mientras, dejen de joder y pónganse a trabajar.

alejandrohope@outlook.com
@ahope71

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses