El eje de la “estrategia” habla de alianzas con firmas privadas nacionales y extranjeras, ya en exploración de aguas profundas; ya en petroquímica, ya en refinerías; ya en comercialización.

Lo que antes era terreno minado para el capital privado, ahora lo es para la empresa productiva de Estado.

Concebida la reforma energética como la plataforma para impulsar a la alguna vez principal empresa de México, los pasos han caminado, justo, hacia el lado contrario.

La ruta apunta a privilegiar solo al capital privado, reduciendo al mínimo los espacios de participación pública. Los cambios de leyes tienden a eliminar obstáculos para que las petroleras en competencia ocupen los ecosistemas y los campos que al margen de reclamos de pueblos, comunidades y pequeños propietarios.

Mientras la competencia goza de un régimen fiscal asimétrico, la Ley del Embudo, con la boca grande hacia Pemex, la Secretaría de Hacienda exime a las ganadoras de contratos del pago del bono de firma, por más que la exigencia está plasmada en la ley.

De hecho, la posibilidad no está contemplada en la licitación para concesionar áreas en aguas profundas.

Más aún, las firmas con las que está obligado a asociarse Pemex como minoritaria gozan de un reconocimiento de la Secretaría de Hacienda para cobrar costos de exploración… existentes solo en la imaginación del entreguismo.

Además, cuando realmente se hagan efectivas las tareas, se les ofrece la posibilidad de deducir al 300% los costos, lo que, naturalmente, retrasará la contraprestación que recibiría el Estado por la producción.

A quién le importa que en la discusión de la reforma energética, en paralelo a las protestas de la población, se dijo una y otra vez que la apertura al capital privado era necesaria para que éste asumiera los riesgos de la exploración, evitando que la apuesta riesgosa corriera a cargo del gobierno.

El país, decía la cantaleta, no tiene recursos para aprovechar la riqueza. El “tesorito”, le decían en los tiempos del panismo.

Si durante décadas Pemex navegó en un mar de corrupción con funcionarios que se convertían milagrosamente en contratistas y contratistas cuyas fortunas, se decía, acumuladas en la vía, podrían detener un ferrocarril, ahora las deudas la mantienen en la asfixia.

La senda alcanzó también ineficiencias, fallas operativas, mermas y desperdicios, además de desinversiones, monetizaciones, desorientación estratégica y dilución del gobierno corporativo.

Bajo la “rectoría” de las secretarías de Hacienda y Energía, se cayó la producción; se incrementó el desperdicio; los accidentes surgieron por generación espontánea; la quema de gas en los campos de producción se ha multiplicado por cuatro; las refinerías trabajan al 50% de su capacidad instalada.

La caída en el precio del petróleo hizo crisis en la crisis.

Sin embargo, quién se acuerda que al desplome de 1986 y de 98 la entonces empresa pública resistió sin descobijar su estructura.

La reforma que reforzaría a la exparaestatal cuyo emblema era el “Charrito Pemex”, y cuyo slogan apuntaba a “la empresa de los mexicanos”, la obligó a diluir al mínimo su participación en el mercado. Los contratos de gas natural se le cedieron a sus rivales; para los que le quedan se establecieron precios de venta de primera mano que le restan competitividad.

En el clímax se le despojó de su red troncal de gaseoductos y se establecieron severas limitaciones a sus actividades de transporte.

La explosión borró el vocablo estratégico.

Uno más del montón.

Balance general. Aunque las maniobras hechizas realizadas por los diputados y avaladas por los senadores estiraron artificialmente la cobija presupuestal en 70 mil millones de pesos, en realidad a la hora de armar el rompecabezas del gasto sólo se dispondrá de la mitad. Serán, pues, 35 mil millones al refuerzo de las partidas para educación, salud, infraestructura, programas sociales, campo…

Migajitas para atenuar los recortes.

Ahora que los legisladores están reservando una partida mínima de 5 mil millones para distribuirla discrecionalmente entre los municipios. Estamos hablando, naturalmente, del regalito tradicional de la Secretaría de Hacienda que tradicionalmente también ha sido objeto de arreglos en los sótanos para darle juego a la corrupción.

Se borró Modelo. Finalmente, tras su venta a la empresa belga-brasileña AB-Inveb, el grupo cervecero Modelo perdió su ultimo bastión al vender ahora la planta que operaba como tal en Ciudad Obregón, Sonora.

El comprador, como usted sabe, fue la firma estadounidense Constellation Brans, quien pagará 600 millones de dólares. Esta, como se sabe, había asumido por mandato del organismo antitrust de Estados Unidos la planta que tenía la firma en Piedras Negras. La posibilidad de ésta apuntaba sólo a la exportación.

Constellation Brands era la comercializadora de Modelo en su país, actividad que ésta a punto de abandonar.

La empresa construye además otra planta en Mexicali, cuya capacidad de producción inicial será de 5 millones de hectolitros, con opción de alcanzar 20. La de Ciudad Obregón alcanzará cuatro millones.

Costo-beneficio. En el ni-tú-ni-yo en relación a la polémica sobre los tractocamiones de doble remolque, se está planteando realizar, por parte de expertos contratados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, un estudio de costo-beneficio.

Aunque en Estados Unidos existe una estadística que habla de participación de este tipo de vehículos en el 11% de los incidentes fatales, en nuestro país los números hablan sólo de tractocamiones, sin especificar si son de una o dos cajas.

La salida habla de revisar las razones de mayor tráfico de que hablan las industrias productoras de alimentos y bebidas; la elaboración de una Norma Oficial Mexicana de cara al peso máximo dimensionado de vehículos de carga y aún los costos de traslado en relación con los precios de las mercancías.

Regreso al pasado. Bajo el patrocinio del grupo refresquero Peñafiel, integrado a Dr.Pepper-Sanpple Group, se está presentando una divertida obra de teatro que remite al escenario del nacimiento de la radio en México.

“La Hora Radio Roma 2” recrea con tintes nostálgicos la estructura de los primeros estudios, el nacimiento de las radionovelas, los trucos para simular desde una tormenta hasta el rugido de un jaguar. Excelentes actores en escena, ya profesionales cuajados.

El patrocinio es parte de la responsabilidad social de la empresa que mantiene tres plantas en Tlajomulco, Jalisco; Tehuacán, Puebla y Xalostoc, Estado de México.

La puesta estará hasta el 21 de noviembre en el Foro Shakespeare.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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