La fibromialgia es un padecimiento frecuente que afecta predominantemente a las mujeres y está relacionada con el estrés físico o emocional.

Los seres humanos tenemos un sistema primordial de regulación interna y de adaptación al medio ambiente denominado sistema nervioso autónomo. Este sistema regula las funciones primordiales de nuestro cuerpo sin que nos percatemos de ello. El sistema nervioso autónomo también es el responsable de afrontar las diversas situaciones estresantes mediante la producción de adrenalina y sus congéneres. Hasta hace poco tiempo, el funcionamiento del sistema nervioso autónomo era intangible. En años recientes y gracias a avanzados cálculos computacionales del ritmo cardiaco, se ha podido estimar el desempeño de este sistema complejo.

En el Instituto Nacional de Cardiología utilizamos los análisis computarizados de los ritmos cardiacos para investigar la fibromialgia. Encontramos que el sistema nervioso autónomo de las personas con fibromialgia está acelerado las 24 horas del día, lo que provoca una producción excesiva y constante de adrenalina. Este apremio impide que las pacientes descansen por la noche. Un sistema así forzado se torna incapaz de responder a demandas adicionales, lo que explica la fatiga constante y también otros síntomas del padecimiento. Por medio de cuestionarios validados corroboramos que las pacientes con fibromialgia padecen de “disautonomía”, término que significa alteración en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.

En otra serie de investigaciones mostramos que a diferencia de lo que sucede en individuos sanos, en la personas con fibromialgia la inyección de dosis minúsculas de adrenalina irrita los nervios que transmiten, dolor dando por resultado no sólo dolorimiento sino también la percepción de calambres, hormigueo y/o pinchazos.

Existe una predisposición genética a desarrollar fibromialgia. Junto con investigadores catalanes encontramos que las pacientes mexicanas y españolas con fibromialgia tiene con cierta frecuencia variaciones genéticas que hacen que la enzima que limpia la adrenalina del cuerpo trabaje de manera deficiente.

Los núcleos de las fibras nerviosas delgadas que transmiten dolor están alojados en unos ganglios ubicados a los largo de médula espinal. En estos ganglios las señales derivadas del estrés se pueden convertir impulsos dolorosos. Allí hay unos canales de sodio que facilitan la percepción del dolor. Hemos encontrado que las pacientes con fibromialgia grave, tienen alteraciones genéticas de estos canales de sodio, condición que las podría hacer vulnerables a percibir dolor sin que haya daño en el cuerpo.

Este cúmulo de investigaciones sugiere que el sistema de respuesta al estrés de las personas con fibromialgia está estropeado. Esta anormalidad provoca dolor crónico y las otras molestias en diversas partes del cuerpo.

Las pacientes y sus familiares deben de desempeñar un papel protagónico en su rehabilitación. El tratamiento exitoso demandará, en muchos casos, un cambio importante en el estilo de vida. Es fundamental una información profunda acerca de las peculiaridades del padecimiento. Esta información valida los múltiples síntomas y habilita a la paciente para contender con la enfermedad. Se debe investigar si hay situaciones estresantes crónicas en el hogar y/o en el lugar de trabajo. De ser así, intentar remediarlas de manera propositiva.

En conclusión: en la época actual de estrés y degradación ambiental, afloran padecimientos complejos como la fibromialgia que demandan un acercamiento integral para su reconocimiento y tratamiento.

Jefe del Departamento de Reumatología del Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez"

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