Cada viernes, las niñas de la secundaria golpeaban a una compañera distinta, aprovechaban que, como de costumbre, sus profesores no darían la última clase. No era la primera vez que molestaban a Yaretzi, era “la nueva” y no tenía muchos amigos. Le mandaban mensajes por internet en los que se burlaban de ella y la amenazaban, “te vamos a golpear”, le escribían. Nunca le dijo a sus papás “para no preocuparlos”.

Por: Claudia García

“Te toca a ti” le dijeron a Yaretzi, pero esta vez fue diferente. No lo hicieron fuera de la escuela, María y su amiga le pegaron dentro del salón de clases donde todas las ventanas estaban cubiertas con cartulinas, pues acababan de pintar las aulas. Sus compañeros vieron cómo dos adolescentes la empujaban y le jalaban el cabello.

Yaretzi, de 14 años, cubría su rostro porque no sabía pelear. María la jaló por atrás y la joven cayó de espaldas. Su cabeza chocó contra el pizarrón. En el piso le seguían pegando, sin importar que ella estuviera sangrando, “las veía y ya ni sentía los golpes” dice entre lágrimas.

México es el primer lugar en acoso escolar de los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. La Cámara de Diputados indica que 70% de alumnos de primaria y secundaria han sido víctimas de acoso escolar.

El bullying sin consecuencias

Cuando por fin terminaron, Yaretzi se levantó del piso, arregló su cabello y al acomodarse la ropa se dio cuenta de que sus manos estaban llenas de sangre. “No vayas de chillona”, le gritaban los demás niños, pero asustada corrió a la dirección de la secundaria Luis G Urbina, ubicada en Chalco, Estado de México. El director no hizo nada y delegó su responsabilidad a la subdirectora Natividad Peñasco, quien no llamó a una ambulancia a pesar de que Yaretzi tenía fractura de cráneo y sangraba. En este tipo de lesiones el cerebro puede verse afectado por el sangrado.

La subdirectora le hizo meter la cabeza al lavabo y cuando vio que la sangre no paraba, decidió llamar a sus padres. El Estado de México es uno de los nueve estados de la República donde se concentran 59% de los suicidios a causa del bullying, según la Secretaría de Salud. Ecatepec, Nezahualcóyotl y Toluca de Lerdo son los municipios donde más se concentran los jóvenes que son víctimas de violencia escolar, de acuerdo con datos de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia del Inegi. El 9% de los jóvenes encuestados participaron en organizaciones delictivas, y casi 12% golpeó a alguien sólo porque le caía mal.

Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, explicó que el bullying y la violencia intrafamiliar convierte a los jóvenes “en agresores contra la sociedad”. Una encuesta, hecha por Fundación en Movimiento, reveló que 33% de los jóvenes dice que ha visto a sus compañeros en pandillas o rompiendo cosas.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación destaca que si las escuelas se encuentran entre los municipios más violentos, la probabilidad de que exista violencia escolar es mayor.

Los padres de Yaretzi corrieron al hospital, mientras Natividad Peñasco sacaba a María y a sus amigas por la puerta trasera. En la clínica de especialidades le sacaron radiografías y los doctores le dijeron que tenía una fisura de cráneo.

La joven estuvo cinco días internada y cuando sus padres volvieron a la escuela para exigir un castigo, Peñasco les mostró un video de la pelea, “Yaretzi no se sabe defender, fue su culpa”, les dijo mientras les ofrecía 500 pesos. Algunos medios de comunicación cubrieron el caso, gracias a eso, sus padres lograron que el director de la secundaria fuera destituido pero, Natividad Peñasco fue quien lo sustituyó en su puesto y ahora ella es la directora de la escuela. María y sus amigas no tuvieron consecuencias, cuando Yaretzi las ve por las calles de Chalco, evita cualquier contacto con ellas.

La ahora universitaria menciona que después del incidente medios locales entrevistaron a Natividad, “ella inventó otra historia y no asumió su responsabilidad”.

Una semana después de la golpiza, la subdirectora reunió a todos los alumnos de la institución educativa y acusó a Yaretzi de atentar contra la escuela. Durante la junta les dijo “ustedes tienen que estar de parte de la escuela”, lo que puso a sus compañeros, nuevamente, en contra de la estudiante.

Tampoco por la vía legal tuvieron respuesta, los padres de Yaretzi fueron al Ministerio Público y el fiscal se negó a levantar el acta, pues la fisura de cráneo “no fue lo suficientemente grave”. A pesar de que el acoso escolar no es un tema nuevo, la Ley General para la Prevención y Atención de la Violencia Escolar fue propuesta hasta 2014, tres años después del incidente que sufrió Yaretzi. Las sanciones que incluye esta ley van desde amonestaciones públicas hasta cinco mil días de salario mínimo para padres y maestros que promuevan la violencia escolar. Sin embargo, para Yaretzi no hubo ninguna compensación, “María y su amiga no pagaron mi atención médica y la escuela tampoco se hizo responsable”.

En el mismo año, la SEP y la Comisión Nacional de Derechos Humanos crearon un Protocolo de Actuación para una Escuela Libre de Violencia. Éste dice que el docente, en colaboración de los padres de familia: identifica, registra, interviene y evalúa los casos de bullying en la educación básica. Establece que la institución debe atender al agresor, a la víctima, los compañeros y su entorno.

Pero según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, “la mayoría de las autoridades educativas minimizan el acoso escolar como algo cotidiano”. Para Trixia Valle, directora de Fundación en Movimiento, los estudios oficiales no son suficientes. Por esto, “la incidencia de las organizaciones resulta fundamental para la prevención del bullying”. Incluso, considera que muchas veces las autoridades son una barrera para atender el acoso escolar y menciona que en sus 10 años de experiencia con estos casos, ninguna institución gubernamental se ha acercado a la fundación para recibir asesorías.

De acuerdo con la directora, las autoridades escolares carecen de protocolos contra el acoso escolar y minimizan el bullying, lo que provoca que la violencia continúe sin ningún castigo.

La Fundación en Movimiento, de Ariel Picker

Yaretzi no quería volver a la escuela y terminó su educación básica en una institución cercana. Aunque al principio fue bien recibida por sus compañeros, uno de los profesores, quien era familiar de su antiguo director, comenzó a tratarla mal. Fue hasta la preparatoria que “empezó algo nuevo y diferente”.

Su mamá, en busca de ayuda, conoció a Fundación en Movimiento, una organización financiada por Seguritech y dirigida por Ariel Picker, donde imparten talleres de concientización, dan pláticas y hacen campañas contra el bullying. En 2016, trabajaron directamente con 356 escuelas federales. También capacitaron a más de 8 mil profesionales de la educación y de forma directa han beneficiado a más de 50 mil niños.

Yaretzi “no tenía ganas de salir adelante”. Sin embargo, su mamá hizo una cita con la directora de la fundación, sin importar lo lejos que estaba, viajaron casi dos horas desde Chalco hasta Huixquilucan. La joven comenzó con ayuda terapéutica y continuó recibiendo asistencia por cuatro años seguidos. Recibió capacitaciones y, gracias a ellas, tiempo después, Yaretzi ya daba conferencias en secundarias para contar lo que vivió y crear conciencia entre los profesores y alumnos. En 2011, ganó el Premio Joven de la revista Selecciones por su labor contra el bullying.

La universitaria recomienda no callar el acoso escolar por miedo al agresor, “debemos decir basta”, y considera que las autoridades deben de prestar más atención a estas situaciones.

Trixia recalca que “el bullying no discrimina entre clases sociales, puede darse en instituciones privadas y públicas”. El Consejo Ciudadano de Participación Social reveló que en la Ciudad de México 88% de los docentes no están capacitados para reconocer a un niño acosador y tampoco saben cómo reaccionar ante él, asimismo, la mayoría de las bullys son mujeres. Silvya London, sicóloga mexicana dice que el bullying entre niñas es mayor porque es más difícil de advertir ya que las agresiones ocurren de manera sutil.

Ciberacoso “la otra cara del internet” 

La palabra bullying proviene del inglés británico, significa intimidación. Existen cinco tipos: sexual, de exclusión social, físico, sicológico y cibernético, de acuerdo con datos de la Fundación en Movimiento. A pesar de que se presentan más denuncias de tipo físico, con el aumento de redes sociales se han incrementado los ataques vía internet. La Encuesta de Violencia, Intolerancia y Exclusión, realizada por la Secretaría de Educación Pública, reveló que siete de cada 10 jóvenes han sufrido algún tipo de violencia en el último año; sobresale que en las redes sociales 12% de los adolescentes han sido víctimas de burlas, en 8% de los casos han difundido mentiras sobre ellos y a 6% les han invadido sus cuentas.

La última encuesta de la Alianza por la Seguridad en Internet señala que 60% de los niños ha visto el ciberbullying en sus redes sociales. Fundación en Movimiento tiene un curso masivo en línea Ciberbullying, la otra cara del internet, que permite identificar la situación, incluye definiciones, medidas de prevención y el adecuado manejo de redes sociales para que los adolescentes puedan hacer un buen uso de ellas. Además, coordinan una campaña electrónica llamada Ponle cara a tu face, cuyo objetivo es promover el respeto en distintas redes sociales, como Facebook. Esta iniciativa hace que los alumnos se comprometan a no publicar comentarios ofensivos si no están dispuestos a sostenerlo cara a cara. También pueden denunciar a los agresores cibernéticos a través del correo, policia_cibernetica@ssp.gob.mx

Actualmente, Yaretzi tiene 20 años y cree que la experiencia que sufrió la “ayudó a salir adelante”. Ahora estudia nutrición, escogió esta carrera porque cree que la obesidad y otro tipo de desórdenes alimenticios provocan acoso escolar y quiere seguir ayudando a erradicar este fenómeno de las escuelas en México. Aunque Yaretzi aprovecha todos los espacios que tiene para hablar con niños y adolescentes que sufren bullying, ella dice que lo más importante es escucharlos. Cuenta que después de recibir asesorías es más feliz, “hablar de mi problema, me ayudó a no cerrarme con las personas”.

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