Texas y México comparten más que una frontera común; estamos conectados por el comercio, la cultura y la familia.

Viajo a México en lo que constituye mi primera visita internacional como gobernador del estado de Texas.

Durante este viaje espero continuar el diálogo con las autoridades mexicanas para mejorar las relaciones bilaterales, expandir nuestros lazos comerciales y, a la misma vez, discutir desafíos como la inmigración y el intercambio de agua.

Diálogos como estos nos ayudan a establecer caminos hacia la prosperidad económica para familias en ambos lados de la frontera México-EU.

Texas exporta más bienes que cualquier otro estado de Estados Unidos, y México se ha convertido en nuestro principal socio comercial. En el 2014, Texas exportó más de 100 mil millones de dólares en maquinaria, tecnología y otras materias primas hacia México, alrededor del 35% del total de las exportaciones del estado. Estas exportaciones mantienen a decenas de miles de pequeñas y medianas empresas, y sostienen a más de 1.1 millones de trabajos en Texas. Al mismo tiempo, importamos más de 90 mil millones de dólares en bienes originarios de nuestro vecino del sur.

Hoy en día, alrededor de un tercio de los texanos provienen de raíces mexicanas, incluyendo a mi esposa cuyos abuelos maternos eran oriundos de Monterrey. Los valores compartidos de nuestras familias trascienden las fronteras geográficas.

Para mejorar la relación entre Texas y México, una de mis primeras acciones como gobernador, fue nombrar como secretario de Estado a Carlos Cascos, hasta entonces juez del condado Cameron en el Valle del Río Grande. Su primera misión internacional como secretario fue una visita a la ciudad de México en abril de este año, y consecuentemente tuvimos la visita del secretario de Relaciones Exteriores de México a Texas, algo que no había tenido lugar desde el año 2003.

Seguiré con arduo interés el diálogo que habrá de llevarnos a cultivar un vínculo aún más fuerte que creará más oportunidades para aumentar el intercambio comercial.

Los nuevos empleos y nuevas oportunidades para el crecimiento abundan en ambos lados de la frontera. A medida que la economía texana crece, más empresas mexicanas están invirtiendo en el estado de la estrella solitaria, creando nuevas instalaciones y adquiriendo empresas existentes.

Con este crecimiento llega la necesidad de aumentar recursos adicionales e infraestructura. Los agricultores y ganaderos tanto en Texas como en México comparten una necesidad crítica, y es la de tener el agua adecuada para el riego de sus cultivos y ganado. Recientemente hemos visto una mayor colaboración entre nuestros dos países en el cumplimiento de los requisitos del tratado de aguas, y una mejor gestión de los activos de agua existentes. En los próximos años, esperamos ver oportunidades adicionales para el almacenamiento de agua y la mejora en la planificación en tiempos de sequía.

Asimismo, con la apertura a la inversión extranjera en los sectores de petróleo y gas, Texas está dispuesta a ayudar a México a reducir los costos de energía. Ya estamos viendo esta promesa en la planeación de gasoductos desde Texas hasta el centro industrial de Monterrey, y con la reciente aprobación por el Departamento de Comercio de Estados Unidos para los intercambios de petróleo crudo con México.

Pero creo que se puede hacer más, a través de la construcción de sinergias que fortalecen nuestras economías. Trabajando juntos podemos enfrentar la amenaza del crimen transnacional y la violencia que trae a través de las pandillas. Debemos minimizar el cruce ilegal, el tráfico de drogas y la trata de personas. Haciendo esto podremos garantizar la seguridad y oportunidades para todos.

Nuestra historia es fuerte. Nuestra relación de trabajo debe ser más fuerte. Es por eso que mi primera visita internacional como gobernador de Texas es a México. Trabajando juntos, construiremos un mejor futuro.

Gobernador de Texas

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