Hace unos días, los diputados del Partido Acción Nacional presentaron una iniciativa de reforma constitucional, cuyo objetivo es flexibilizar los requisitos para registrar candidaturas independientes en todo el país. Al mismo tiempo, el Comité Ejecutivo Nacional dejó en claro que, ante el relevo de dos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el PAN sólo apoyará aquella propuesta que garantice la independencia de nuestro tribunal constitucional

Estas dos medidas responden a la propuesta de regeneración que he planteado desde la dirigencia nacional, ante el enorme descontento que existe con las instituciones de nuestro país.

En efecto, a principios del mes de octubre se hicieron públicos los resultados de la encuesta Latinobarómetro, la cual se lleva a cabo periódicamente en los países de nuestra región. En la última medición hay un dato preocupante: de toda América Latina, México es el país en el que la población está menos satisfecha con la democracia. Sólo el 19% de los mexicanos manifiesta satisfacción con nuestra democracia.

No se trata de un dato aislado; en la misma encuesta hay otros que deben hacernos reflexionar: la aprobación presidencial en México registra niveles históricamente bajos, y existe una alta correlación entre esta desaprobación y la percepción de falta de transparencia, de presencia de corrupción en el gobierno y de malas expectativas en materia económica.

Otras encuestas nos muestran un desprestigio de diversas instituciones que han ido perdiendo credibilidad y confianza entre los ciudadanos, como es el caso de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional Electoral o la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Ante esta situación, la regeneración de nuestras instituciones se vuelve un imperativo. Las instituciones actuales ya no son percibidas por los mexicanos como un instrumento para defender el interés general y alcanzar el bien común.

Mientras el actual gobierno federal parece no entender esta dramática realidad, en Acción Nacional hemos dado un paso al frente en el proyecto regeneracionista, y hemos emprendido acciones inmediatas.

De aprobarse la iniciativa presentada por los diputados panistas será más factible de lo que es ahora el que un ciudadano se pueda postular como candidato sin que sea a través de un partido político. Estamos genuinamente convencidos de que las candidaturas independientes no son una amenaza para nuestro sistema de partidos, sino un complemento.

Los partidos políticos fomentan la rendición de cuentas institucional, ya que sus candidatos están comprometidos con una plataforma que los electores pueden exigir. Su perdurabilidad los convierte en contenedores de memoria colectiva; y además atemperan las pulsiones autoritarias y dan certidumbre a la competencia. Las candidaturas independientes, por su parte, rompen las tendencias oligárquicas de los partidos y los incentivan a ser más competitivos. De esta forma, se convierten en un medio para regenerar nuestras instituciones y en un acicate para representar mejor los intereses de los ciudadanos.

Respecto a la renovación de la SCJN, el Comité Ejecutivo Nacional del PAN manifestó que se deben buscar perfiles que no tengan relaciones partidistas, privilegiando criterios de mérito profesional, equidad de género y amplio conocimiento jurídico y compromiso con los derechos humanos. Asimismo, quienes lleguen a la Corte deben acreditar una independencia a toda prueba. Sólo así se logrará que nuestro máximo tribunal cuente con el prestigio que tanto necesita nuestra democracia.

El compromiso de Acción Nacional con la regeneración de nuestras instituciones va en serio. Invitamos a los demás partidos a que lo asuman también. Es hora de demostrar que somos dignos de vivir en democracia, porque somos capaces de inspirar en los mexicanos la virtud de la confianza.

Presidente nacional del PAN

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