Terminaron los Juegos Panamericanos y surgen muchos factores a analizar respecto a la evolución del deporte en México.

En Toronto vimos la que ha sido la mejor cosecha de medallas para nuestra delegación en unos Juegos Panamericanos celebrados fuera de nuestro país con 95 preseas en total. No quiero demeritar lo que lograron, por supuesto que los atletas pueden celebrar, pero los festejos por parte de nuestras autoridades, principalmente del COM, que no se cansa de decir que es el “semillero de campeones”, deben esperar.

Más allá de esas 95 medallas, tendríamos que desmenuzar lo sucedido con nuestro deporte en las últimas ediciones y encender los focos rojos principalmente al avance que ha tenido Colombia, por quien nos vimos superados en el cuadro de medallas.

En primera instancia, hay que mencionar que de las 22 preseas áureas que México logró solamente 17 fueron en deportes olímpicos, mientras que Colombia hizo lo propio en 22 de las 27 que obtuvo. En lo que respecta a Cuba, los 36 metales dorados que ganaron fueron en disciplinas consideradas para Juegos Olímpicos. Esto nos da una visión más clara de lo que podría suceder en Río 2016 y hay que empezar a ocuparnos.

Por otra parte, el lugar en el medallero se establece a partir de las preseas de oro que una delegación gana, no por el total de estas. Colombia sumó 27 medallas de oro, colocándose en el quinto lugar, mientras que México finalizó en sexto al obtener 22.

No haré una comparativa de lo que sucedió en Guadalajara 2011 porque en esa ocasión hubo infinidad de factores que beneficiaron a nuestro país por ser sede. Empezaré por lo realizado en 1995 en Mar del Plata en donde México finalizó en la quinta posición con 23 medallas de oro, mientras que Colombia fue octavo lugar con únicamente cinco. Para Winnipeg 1999, la delegación mexicana logró la sexta posición con 11 metales dorados, mientras que el país sudamericano terminó en séptimo con siete de oro. En 2003, en Santo Domingo, México se quedó con el quinto lugar al sumar 20 medallas áureas; para Colombia fue el octavo sitio con 11. La edición realizada en Río de Janeiro en 2007, México escuchó entonar el himno en 18 ocasiones que le dieron el quinto lugar, mientras que la delegación colombiana lo hizo catorce ocasiones para finalizar en sexto. En resumen, Colombia ha evolucionado a lo largo de estos juegos, hasta llegar a Toronto en donde simplemente nos rebasó.

Tal vez para algunos no sea nada grave, pero lo que hay que analizar es el presupuesto que se ha otorgado al deporte en los últimos años. En el sexenio de Vicente Fox fueron 4 mil 500 millones de pesos, 22 mil millones en los seis años de Felipe Calderón y, aproximadamente, 20 mil millones en lo que va del sexenio actual. Los resultados no han crecido equitativamente conforme a los recursos otorgados. Por su parte, Colombia que solamente destina la tercera parte de presupuesto que nosotros al deporte, ha logrado progresar no solamente en el alto rendimiento, sino en programas contra la obesidad, activación física y escuelas de entrenadores.

Una de las razones por la que México no ha logrado un desarrollo deportivo es porque los proyectos solamente tienen vigencia de seis años, o a veces menos, no existe una continuidad. Cada vez que un nuevo dirigente llega a la Conade es como si se iniciara desde cero y eso es una aberración. Las ideas y proyectos deben consolidarse durante cada mandato y transmitirse a los sucesores para que estos tomen las ideas que consideren más destacadas y mejoren lo hecho por su antecesor, no simplemente ponerlo en la basura. Esto se suma a la gran corrupción que ha existido en los últimos nueve años en las asociaciones civiles que reciben recursos del gobierno federal y por supuesto al dinero derrochado en infraestructura, como en el sexenio de Felipe Calderón. Quisiera que alguien respondiera en dónde están esas instalaciones, cómo se manejan, quién las administra y qué beneficio le trajo a nuestro deporte esa “inversión”.

Profesor.

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