La gimnasia rítmica es la combinación de danza, música y talento. Es un deporte exclusivo para damas. En las rutinas se utilizan aparatos de mano, como mazas, aros, pelotas, cuerdas y listones. Es disciplina olímpica desde 1984. La habilidad y las expresiones de las atletas se manifiestan en los gestos y en la coordinación de movimientos. Su práctica pone a prueba aptitudes sensoriales, motrices y creativas. “El ritmo y la armonía encuentran su camino en lo más profundo del alma”, escribió el filósofo griego Platón. En la gimnasia rítmica, son, entre otros, los factores que producen reacciones físicas, estéticas y emocionales.

La historia dice que la danza se ha practicado en todas las civilizaciones y que sus orígenes tienen carácter religioso, ritual y mágico. La coreógrafa estadounidense Martha Graham (1894- 1991) decía: “El baile es la lengua culta del alma. Los bailarines son mensajeros de los dioses”. Desde la música, el compositor y director de orquesta, Karlheinz Stockhausen dijo: “Danza es todo aquello que el ser humano es capaz de hacer musicalmente con cualquier parte de su cuerpo… Música y danza son interdependientes y se advierte la presencia de esta última en el interior de la percepción: mientras escucho música hay una parte de mi mismo que baila en mi interior. Para ello no necesito ningún reflejo visual, ello es así incluso cuando compongo o dirijo la orquesta. El cuerpo de aquel que está dotado de talento, además de la técnica necesaria para bailar, es capaz de “musicalizar” el gesto en una forma visual perfectamente válida. Y esto es danza.” Y también gimnasia rítmica.

El ritmo es un orden acompasado en la sucesión de movimientos. Es lo que armoniza el dinamismo y da significado a la expresión corporal. Por lo general se realiza de manera espontánea y a veces inconsciente. El de la música se suele acompañar con movimientos de pies y manos. En la gimnasia rítmica, la conjunción de música, ritmo y danza es lo que proporciona la pauta para los desplazamientos. Los movimientos se explican no sólo por el ritmo de la melodía, sino también por las pausas y los silencios. Así es como surgen eventos sonoros con vida propia y silencios que los circundan. Tan importante como éstos es el vigor de las atletas, que proporciona energía y belleza a la acción. Los conceptos de compás, tiempo y espacio cobran así otro sentido y se convierten en arte. Por eso la gimnasta Nuria Marín ha reconocido: “Me dijeron que no era un deporte, y tenían razón. Es un arte”.

rjavier_vargas@terra.com.mx

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