Señoras y señores, pues nada, les cuento que en librerías ya se encuentra Falcó, la más reciente novela de Arturo Pérez-Reverte, publicada en España y México por Alfaguara en octubre de 2016, y es un trabajo impecable, lleno de acción, emoción y misterio, donde los campases de espera juegan a ganar y las mujeres hermosas confían en la belleza de sus piernas largas, chicas que, “se sentían atraídas por los caballeros, pero preferían irse a la cama con los canallas.” Ocurre en los años 30 durante la guerra civil española y lo primero que ofrece es un rasgo de caballerosidad del autor que nos informa: “Aunque documentada con hechos reales, Falcó es una novela cuya trama y personajes son imaginarios.” Y vaya que la imaginación está presente y cómo se esconde bajo el sombrero del personaje principal.

La novela empieza en un punto álgido, necesario para establecer el perfil de Lorenzo Falcó, de sus adláteres y del nivel en que la historia transcurrirá. Falcó, que ha tenido una vida altamente delictiva, pertenece ahora al Servicio de inteligencia, al “Grupo de Asuntos Sucios”, a las órdenes del Almirante, un jefe duro, con un ojo de vidrio, un bastón y algo paternal. Operan en una Salamanca convulsa, llena de milicianos, militares y mujeres hermosas, donde hay un Gran Hotel y un bar donde Leandro, el barman, prepara un coctel, el hupa-hupa, que a Lorenzo lo trae prendido de placer. Como usted bien sabe, los cocteles son uno de los indicadores más seguros del grado de civilización de una sociedad, así que si no ha salido del margarita, preocúpese. Pues es 1936, los falangistas del generalísimo Franco controlan parte de España y deciden liberar a José Antonio Primo de Rivera, un abogado fundador de la Falange, preso en Alicante, donde pronto será juzgado y condenado a muerte. Ya saben: las guerras civiles son las más cruentas. Lorenzo Falcó queda al mando de la operación, por lo que se traslada a Cartagena, nada menos que la tierra de Arturo Pérez-Reverte, que nació en 1951 y ama el mar como a sí mismo.

Son “tiempos de caos, de ruido y de furia”, señala el autor, una realidad que permanece y se enseñorea en gran parte del mundo contemporáneo. En Cartagena, Falcó encuentra a los hermanos Montero, a Eva Rengel y a otros falangistas que participarán en el rescate y que son apasionados defensores de los principios de la facción a la que pertenecen. El cónsul alemán juega un papel importante antes de abandonar la plaza. Con ellos y con Fabián Estévez, cabeza de un comando, el plan tomará curso. Lorenzo no tiene filiación política, eso provocará escozor entre los falangistas que no se explican cómo alguien puede ir por la vida sin un asidero ideológico. Ginés Montero le exige una explicación y le hace ver que no confía en él para una operación en la que el futuro de su líder está en juego. Falcó defenderá su postura con acritud e impone el principio de que es el jefe. Al final, la lluvia mojará un operativo que ya estaba húmedo y la vida continuará siendo, “una sucesión de fotos absurdas”, en que el lugar privilegiado siempre estará destinado para los más oportunistas, y los demás tendrán derecho a ejercer, “Un tranquilo rencor” y controlar su temblor de labios.

Pérez-Reverte es uno de los autores que lo hacen a uno concebir la lectura como una actividad eterna. Nadie quiere detenerse mientras lee sus libros. Un hecho mágico que une personas en muchos idiomas que lo menos que intercambian son sonrisas. Una señora de ojos grandes, en un elevador, vio la portada de mi ejemplar de Falcó, que es magnífica, y me preguntó qué libro era ese de Pérez-Reverte. Le conté la aventura de un traficante de armas y de cómo le hace el amor a una mujer de cuerpo impecable mientras estallan bombas a su alrededor. Luego, aunque su sala se hallaba a la izquierda, tomó hacia la derecha donde estaba la librería. Falcó es un personaje duro, amoral, amoroso con las mujeres imposibles. Tiene pasta de héroe y de asesino despiadado, pero le gusta apegarse a las reglas, asunto que lo obliga a lealtades que lo inmiscuyen en situaciones inesperadas. Con ese vaivén narrativo típico de Pérez-Reverte en que avanza y retrocede, nos pone ante un personaje que siempre parece estar solo contra el mundo y sus migrañas. Ustedes constatarán que Falcó es una de las mejores novelas de un autor que es voz potente en la literatura española contemporánea, ya me contarán.

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