Luego de que en prácticamente todo lo que va de este año el Valle de México ha padecido, como no ocurría desde hace varios lustros, altos niveles de partículas contaminantes en el aire, y por ésto se declarara en varias ocasiones contingencia ambiental en la Ciudad de México, las autoridades federales, capitalinas y de los estados conurbados a la CDMX se vieron obligadas a desarrollar un plan multifactorial de respuesta a los altísimos niveles de contaminación en el aire.

Dicho plan incluyó entre sus puntos principales un nuevo esquema de verificación de automotores que, no obstante, deja sin solución un problema que impidió antes y podría impedir ahora el pleno funcionamiento del sistema de verificación: la corrupción en los verificentros. Asunto que, de no resolverse, dejaría sin efectos positivos —y tangibles— la nueva reglamentación.

Y evidencia de lo anterior es que en los últimos tres años, entre 2013 y 2016, las autoridades ambientales de la Zona Metropolitana del Valle de México clausuraron 74 verificentros de un total de 198, un porcentaje preocupante. Entre las anomalías detectadas, la mayoría fueron actos de corrupción como alterar el equipo de revisión, utilizar registros de un vehículo diferente al que se está verificando, usar un dispositivo o sistema no autorizado o servirse de coyotes que buscan automovilistas afuera de los verificentros y que les ofrecen que sus coches pasen las pruebas de contaminantes sin problema; todas éstas son razones que según la Ley Ambiental ameritan la baja temporal o incluso definitiva de un centro de verificación.

Más números: en la Ciudad de México, de 81 centros, 23 fueron clausurados temporalmente y 14 permanecen cerrados. En el Estado de México, de 117 establecimientos que hay en 35 municipios, 31 tuvieron que cerrar alguna vez y cuatro permanecen con sellos de suspensión. Estos datos corresponden a los verificentros existentes en las 16 delegaciones de la CDMX y a los 35 de 59 municipios del Estado de México que pertenecen a la Zona Metropolitana del Valle de México.

Si de verdad se busca dar solución al complejo problema de la contaminación ambiental no sólo en la Zona Metropolitana del Valle de México, sino en toda la megalópolis, debe ser prioridad erradicar la corrupción de los centros de verificación vehicular.

Si como lo muestran los números antes citados, la corrupción sigue campando a sus anchas en buen numero de los verificentros pese a las sanciones y clausuras, y por otro lado está probado que la sola aplicación de la ley y medidas como implementar candados o monitorear las verificaciones en tiempo real no han terminado con las prácticas corruptas, deben desarrollarse estrategias que realmente depuren estos sitios, convertidos en meros negocios y manejados por mafias, pues de su buen funcionamiento depende la salud de la población.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses