Cada año los partidos políticos ejercen de manera particular para sus actividades cientos de millones de pesos, de los cuales se sabe poco en qué son utilizados. La promulgación de la Ley General de Transparencia, en mayo pasado, les impone obligaciones en materia de acceso a la información por lo que deben dar luces sobre el destino de los recursos públicos que reciben.

Por medio del sistema de Transparencia y Acceso a la Información Pública, EL UNIVERSAL pudo conocer contratos celebrados entre el Partido de la Revolución Democrática y la consultora Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, los cuales dio a conocer ayer. En menos de dos años el PRD pagó a dicha firma poco más de 3 millones de pesos.

Nada de lo anterior estaría fuera de lo común, de no ser porque la consultora fue creada por Jesús Ortega, coordinador nacional de Nueva Izquierda, y está encabezada por Eric Villanueva Mukul, integrante también de esa corriente perredista. ¿Un partido otorgándose a sí mismo contratos y pagándose millones de pesos? Para integrantes de Nueva Izquierda la situación no es “rara ni alarmante”, además de que es una práctica que otros partidos también hacen.

Situaciones como la anterior se han conocido antes: empresas creadas de manera apresurada que a los pocos días reciben millonarios contratos o partidos que son tachados de negocios familiares. Uno de los casos más conocidos en el ámbito partidista es el del Partido de la Sociedad Nacionalista, que existió entre 1998 y 2003, y cuyo presidente Gustavo Riojas Santana convirtió a sus familiares en dirigentes y candidatos, además de otorgar contratos a proveedores con quienes también tenía relación familiar.

Para el próximo 2016 el Instituto Nacional Electoral ha solicitado un presupuesto de más de 4 mil millones de pesos para repartirlo a los partidos. Parece que la austeridad anunciada por el gobierno federal no llegará a las filas partidistas; ante eso, lo menos que se exige es que se conozca el uso cotidiano que se dará a los recursos en sueldos, compras, contratos, etc.

La petición a los partidos políticos es simple: actuar con congruencia. Muchos de ellos señalan las inconsistencias en el uso de dinero público que se dan en el sector gubernamental, pero se olvidan de voltear a su interior para erradicar prácticas similares. La sociedad está demandando nuevas formas de actuar a la clase política y la transparencia es un ejercicio que aún requiere consolidarse en el país. Los partidos deben responder a esa exigencia y poner su parte.

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