El domingo pasado concluyó la jornada electoral para la elección de 60 de los 100 asambleístas  del constituyente de la Ciudad de México. Cabe destacar que hubo una baja participación ciudadana en las urnas (la votación efectiva representó el 26.1 %) y que, como era previsible, el 68% de la votación efectiva favoreció a los partidos políticos que aglutinan a los grupos que han gobernado en la ciudad los últimos 20 años (Morena y PRD). El PAN (7.1%) y el PRI (5.9%) confirmaron su calidad de oposición.

La lectura de los resultados electorales arroja las conclusiones siguientes:

·     Los candidatos (independientes o no) no pudieron transmitir la importancia de la promulgación de una constitución para la Ciudad de México, tampoco lo lograron los gobiernos que la promovieron, ni las instancias electorales.

·     La ciudadanía no considera que este proceso contribuya a la mejora de su calidad de vida y lo juzgo ajeno a sus problemas cotidianos y lo expresó en el abstencionismo.

·     Las campañas aportaron poco en la difusión de lo sustantivo del debate en el constituyente que se instalará próximo 15 de septiembre.

·     Las numerosas candidaturas independientes pulverizaron el voto anti-partidos políticos y no parece ser un modelo viable para la elección de los gobernantes y representantes populares de cara al 2018. El registro de un candidato independiente requería que 75 mil ciudadanos apoyaran sus intenciones, que es una cifra superior a la votación efectiva que obtuvo el único que va integrarse a la Asamblea. Tuvo menos votos que suscribientes.

·     El porcentaje de votos nulos, que es significativo ya que es mayor al que obtuvo el PRI y apenas inferior al que consiguieron las candidatos independientes en su conjunto, posiblemente sea producto de la confusión, más que de un reflejo del “hartazgo” de la sociedad, ya que boleta contenía información en exceso con listas de nombres desconocidos para la inmensa mayoría. Hay que señalar que el 62.26% de los paquetes electorales serán abiertos para contar voto por voto por errores mínimos, según declaró  el Secretario Ejecutivo el INE y a pesar de esta circunstancia no hay un reclamo generalizado de fraude electoral.

·     Los partidos políticos con estructura y clientelas políticas, que fueron capaces de movilizar a sus simpatizantes para que acudieran a las urnas, fueron los ganadores de la elección.

En cuanto a los cuarenta restantes, ya fueron electos 26 por el Congreso de la Unión, que son un reflejo del peso de los partidos políticos en los órganos colegiados que lo integran, con lo que el PRI, el PAN y el PVEM estarán sobre representados. Tanto Morena como el PT no aceptaron formar parte del constituyente por esta vía por considerarla no democrática.

Para concluir con la etapa de conformación de la asamblea nos faltan otros doce diputados que serán designados por el Ejecutivo Federal (6) y por el Jefe de Gobierno (6). Es esperable que las curules que corresponde nombrar al Jefe de Gobierno sean ocupadas por personas que están participando directamente en la redacción del proyecto de constitución, quienes conocerán el texto a debate, así como las forma en que se está integrando el mismo y las motivaciones de su contenido. También es previsible que el Presidente de la República enviará a especialistas en derecho constitucional y personajes relacionados directamente con la Ciudad de México y conocedores de la realidad que vivimos los capitalinos.

Lo anterior, que fue calificado como un “agandalle de los políticos de siempre”, provocará que ninguna fuerza política aislada tenga una mayoría absoluta en la misma, ni siquiera un tercio que daría el poder de veto. El pluralismo político en su máxima expresión, pero desequilibrado. Morena, primera fuerza, y PRI, cuarta, tendrán 22 y 21 diputados respectivamente.

Por otro lado, conforme a la lista preliminar de los candidatos electos, así como las designaciones del Senado y la Cámara de Diputados Ifigenia Martínez y Fernández, primera senadora de oposición al PRI en el D.F. perteneciente al Frente Democrático Nacional en 1988, compañera de Porfirio Muñoz Ledo en esa aventura, ahora activista, se perfila como la presidenta de la junta instaladora de la asamblea constituyente, conforme a lo dispuesto por el artículo 7 transitorio de la reforma constitucional, ya que es casi seguro que será la representante de mayor antigüedad (91 años). Los restantes cuatro integrantes pudieran ser Bernardo Bátiz (79), Javier Jiménez Espriú (79), Irma Cué (78) y Javier Quijano (74). Manuel Bartlett (80) sería parte de esta junta si no hubiera declinado la designación que hizo el Senado en su favor, debido a que estuvo en contra de la forma en que se integró la lista de asambleístas.

Una vez concluido la asimilación de la sorpresa de los resultados electorales, la euforia y el análisis de los mensajes de la ciudadanía expresados en las urnas sólo se tendrá tres meses para organizar a los grupos de la asamblea, fijar la agenda de cada uno y definir la estrategia. Este tiempo se debe aprovechar en razón a que el plazo para debatir y, en su caso, aprobar la Constitución es reducido. Por eso hay que recordar que nos faltan catorce en este camino al constituyente.

Profesor de Asignatura de El Colegio de México

cmatutegonzalez@yahoo.com.mx

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