Luego de su salida del Toluca, en octubre del año pasado, aprovechó el tiempo para ordenar sus ideas, operarse un tobillo que tenía lastimado y reflexionar sobre su carrera. Sí, también hubo espacio para preocuparse al ver que ninguna llamada hacía sonar su teléfono.

Pero al fin llegó. Nacho recibió una nueva oportunidad con Santos. A los 59 años y con ocho equipos en su currículum, el mexicano asegura estar en el momento más maduro de su trayectoria.

“Es el lapso que te hace valorar las cosas buenas, las malas, o muy malas, y es una autocrítica que me hice. Me siento bien mental y físicamente, con capacidad y fuerza para transmitir experiencia y tranquilidad a este grupo de jóvenes. Soy creyente de Dios y creo que por algo estoy aquí. Me siento en un momento muy maduro para poder aportar mucho”, declaró, a EL UNIVERSAL Deportes.

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Pero también sabe que debe bajar la revolución y ser menos injusto con él mismo. “Estoy muy contento. Disfruto y espero poder transmitirlo más. Si algo me he criticado es que luego no disfruto, porque soy muy apasionado; la pasión me rebasa y quiero pelear, gritar, muchas veces hasta decir groserías”, comentó, entre risas.

En la cultura resultadista que vive inmerso el futbol global, elige llevar esto a segundo plano, sin olvidar la importancia de ganar.

“A esta edad, el resultado no me inquieta. Sé que dependo del resultado y voy a luchar para que el equipo resurja como lo que es, competitivo, bravo en Torreón, y que la gente se sienta contenta”, concluyó Ambriz.

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