Cuando la fotógrafa mexico-alemana vio por primera vez el libro conmemorativo , no creyó que no tuviera crédito ninguna de las casi 600 fotografías, incluidas en el tomo de 320 páginas y contadas por su amiga, la escritora .

Desde 2002 y durante 14 años, Cowrie fue una de las caras habituales del Cervantino , ya fuera como jefa de departamento o fotógrafa oficial, y el libro, que muy bien puede considerarse como un registro de primer orden de la fotografía de las artes escénicas en México en las últimas décadas, incluye alrededor de 50 imágenes que ella capturó.

La publicación se lanzó en octubre del año pasado. Fue una de las cerezas del pastel para celebrar el medio siglo que cumplió el Festival, y no debe confundirse con el otro libro, similar, pero un poco menos lujoso, puesto que no se lanzó en pasta dura, que hizo el FIC y que sí incluyó el crédito de los fotógrafos .

“Muy grave, borrar 50 años de autoría de fotos del FIC": Mata Rosas, fotógrafo
“Muy grave, borrar 50 años de autoría de fotos del FIC": Mata Rosas, fotógrafo

En 2003, Bernardo Cid también fotografió a la famosa cantante Chavela Vargas en el Cervantino.

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Éste, el volumen que desconcertó a Cowrie, fue editado por el Instituto Estatal de la Cultura (IEC) de Guanajuato. Lo que la fotógrafa hizo, entonces, fue contactar a Malvido y dejarle su ejemplar, pedirle una segunda opinión. Necesitaba otro par de ojos para corroborar que una omisión tan grave fuera verdadera. No era sólo su trabajo el que había sido afectado: en sus páginas hay material de Rogelio Cuéllar, Francisco Mata Rosas, Rubén Pax y Eloy Valtierra , entre muchos otros.

Malvido comprobó que la omisión de créditos era cierta y lo hizo público en su columna del 15 de marzo en EL UNIVERSAL. Gracias al texto, ciertos fotógrafos que habían trabajado en el Cervantino en los últimos años, Claudia Ruiz, Bernardo Cid y Fernando Gutiérrez , por ejemplo, se enteraron de la omisión.

“Si no nos dieron crédito, mucho menos nos iban a dar un ejemplar o invitar a la presentación. En mi caso, yo me enteré por la nota de mi colega Malvido”, cuenta Mata Rosas.

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A partir de la página 303, precisa Cowrie, hay un recuento en el que se menciona quién fue el artista o grupo que se presentó y de qué año es la imagen. “Ese era el lugar exacto en el que debieron ponerse los créditos”, afirma la fotógrafa y detalla que, si bien es cierto que se utilizaron fotografías del archivo del Festival, cuya antigüedad hace difícil determinar quiénes fueron los autores, muchas otras, más recientes, sí son identificables, puesto que la lista de afectados es larga: Fernando Gutiérrez, Ernesto Lehn, Gabriel Morales, Carlos Juica, Eniac Martínez también fueron mencionados por Malvido.

Las fotografías se entregaban, continúa Cowrie, con la información detallada y las iniciales de su autor. La biblioteca del FIC tiene libros de memorias hechos en administraciones anteriores, ediciones cuidadas donde sí fueron incluidos los créditos.

“Se justifican por no tener el crédito de algunos fotógrafos, pero eso no es razón suficiente para que todos fuéramos ignorados”, afirma la fotógrafa. Su nombre aparece en los agradecimientos, lo cual no es igual a especificar la propiedad de su obra.

El 24 de febrero, la fotógrafa le escribió a Adriana Camarena de Obeso, directora general del IEC, para pedirle una explicación. Su respuesta fue que se había optado por poner el crédito de forma general. Las palabras de Cowrie se afianzan con la explicación que Luis Meza, enlace de prensa del IEC, le dio a EL UNIVERSAL: “En cuanto a las fotografías hubo dos condicionantes principales: el acervo fotográfico del FIC es muy extenso y abarca cinco décadas, por ello es que gran parte del material no cuenta con información que permita reconocer a sus autores. Por otro lado, el plazo que se tenía para hacer la edición era muy ajustado, por lo que quedaba fuera del alcance y propósito del libro hacer una indagación especial sobre esto. Hay que mencionar que hay un crédito institucional al FIC, como titular del acervo fotográfico y que algunos de los fotógrafos están incluidos en los agradecimientos”.

“Muy grave, borrar 50 años de autoría de fotos del FIC": Mata Rosas, fotógrafo
“Muy grave, borrar 50 años de autoría de fotos del FIC": Mata Rosas, fotógrafo

Presentaciones en el Cervantino de Ute Lemper, Meno Fortas y Sankai Juku captadas por la fotógrafa Christa Cowrie.

El abogado José Luis Caballero Leal, quien desde hace 40 años trabaja casos en los que se vulneran los Derechos de Autor, ve en esta omisión “una ofensa brutal del Estado mexicano” al trabajo de los autores. Desde el punto de vista legal, señala, se puede mencionar la Ley Federal del Derecho de Autor, que obliga a cualquier persona, y el Estado no está exento, a reconocer el crédito del autor de cualquier obra literaria o artística. “Los derechos morales son personalísimos, perpetuos e intransmisibles, y permiten que un autor mantenga este vínculo permanente con sus creaciones”.

La reparación del daño material y moral prevista por la ley, en caso de que alguno de los fotógrafos presente las solicitudes de infracciones administrativas en materia de comercio, tendría que determinarse por peritos expertos en la materia debido a que el libro es gratuito.

“Estamos en la preparación de las acciones legales. Lo que se busca es una reivindicación de todos los involucrados en la publicación, a través de una disculpa pública, más allá de que si por razones de procedimiento existe o no una reparación de naturaleza patrimonial. No es el objetivo primordial. Si hay algún otro agraviado que desee sumarse, es bienvenido”.

Paula Arroio, curadora de la exposición retrospectiva del Cervantino que se hizo en las rejas de Chapultepec el año pasado, dice que estas omisiones no pueden justificarse con las prisas. “Es una desconsideración del valor artístico de los fotógrafos”, y precisa que fue testigo de cómo en las últimas administraciones hubo un gran esfuerzo por digitalizar todo tipo de registro que se haya hecho del FIC. “Sí había manera de ubicarlos. No creo que haya sido con dolo”, señala.

Horas después de la respuesta que el enlace de prensa del IEC le dio a EL UNIVERSAL, se envió una tarjeta informativa como respuesta al artículo de Malvido:

“El libro cuenta con una acreditación institucional al Festival Internacional Cervantino como titular del acervo. Dada la amplitud de éste y el largo periodo de tiempo que abarca, aún nos encontramos trabajando, junto con el Festival, en el proceso debido a que no se cuenta con registros individuales de autoría de gran parte de las imágenes y en razón del acotado plazo que se tenía para hacer la edición, estaba fuera de los alcances del volumen realizar una indagación de esta naturaleza (...) En atención a las fotógrafas y fotógrafos que han colaborado con el festival en los últimos años, publicaremos una adenda donde se consignen los autores de las imágenes que hasta el momento hemos podido detectar, a medida que la investigación nos lo permita, continuaremos alimentándola. Este anexo se incluirá en los ejemplares impresos por distribuir, se incorporará a la versión digital del libro que es posible consultar en línea y se publicará en la página web del Instituto Estatal de la Cultura”.

Es importante subrayar que en la tarjeta informativa no se menciona la posibilidad de un pago de honorarios a los autores por el uso de su material. Al respecto, el fotógrafo Mata Rosas, quien, por ejemplo, tomó fotografías del mimo Marcel Marceau en el FIC, declara que la titularidad física del material entregado para dichas memorias es punto y aparte de lo inalienable de los derechos intelectuales. “No se debe normalizar el uso impune de material, sin por lo menos notificar y pedir una autorización a los autores. Borrar de un plumazo 50 años de autoría de fotógrafos me parece muy grave. Además, la fotografía de artes escénicas es una tarea muy especializada”, abunda.

El fotógrafo Benito Cid complementa lo dicho por Mata Rosas: nunca se firmó un documento en el que se cediera la autoría de las obras: “Tengo tristeza y enfado por esta carencia de ética profesional".

Por último, Malvido habla de una omisión más: tampoco tienen crédito los carteles en las guardas del libro.

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