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Jesucristo Riquelme ha estudiado la vida y obra del poeta Miguel Hernández por más de cuatro décadas y con esa autoridad cuenta —con documentos, detalles, anécdotas, datos y fechas que precisa de memoria— que Federico García Lorca sentía “envidia y clasismo” hacia el autor de El rayo que no cesa.

El erudito presentó recientemente en Madrid su exhaustiva edición de La Obra Completa de Miguel Hernández (Edaf), el tercer y más fino intento desde 1960 por recopilar los trabajos de quien Riquelme juzga el poeta con más repercusión popular en España y quien erigió la palabra poética en palabra ética.

Doctor en Filología con más de 12 libros dedicados al análisis de la poesía, el teatro o el periodismo de Miguel Hernández, Riquelme explica en entrevista desde Alicante que no fue pareja la relación entre ambos poetas, víctimas de la Guerra Civil y del fascismo liderado por Francisco Franco, pues mientras que García Lorca sentía hacia su par “alergia” —cita a María Zambrano—, éste lo admiraba.

Incluso refiere que el premio Nobel de Literatura 1977, el poeta Vicente Aleixandre, le contó en persona en 1984 una anécdota en la que se constataba el desprecio de García Lorca, refinado, exquisito, universitario, que gustaba de ser el centro de atención, hacia Miguel Hernández, un joven escritor en cierne, rústico, autodidacta, vestido como gente de campo, quien cuando perdía la timidez se convertía en un chico alegre, simpático, valorado por su conocimiento de la poesía española.

Riquelme relata a EL UNIVERSAL que en el verano de 1936, Aleixandre invitó a García Lorca a una fiesta en su casa de Madrid, antes de irse a las montañas por motivos de salud, para que montara ahí su obra de teatro La casa de Bernarda Alba. Pero el autor del Romance Sonámbulo le preguntó que quiénes iban a asistir; respondió que Rafael Alberti y Miguel Hernández… Y García Lorca interrumpió de tajo al futuro premio Nobel y le dijo: “No, no, no. Si va él, yo no voy”. Eso me lo contó Aleixandre, reitera.

Detalla que Hernández escribió cuatro cartas a García Lorca, quien sólo le respondió una. También le obsequió en Murcia, en 1933, un ejemplar de Perito en lunas, su primer libro, pero Riquelme atestiguó en la biblioteca del poeta granadino que éste sólo cortó el ejemplar para leerlo hasta la página 16 de 50.

En cambio, el investigador y académico subraya que Miguel Hernández creció con y fue acogido por tres poetas que a la postre recibieron el premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez (1956), Pablo Neruda (1971) y Aleixandre (1977), quienes no paraban en elogios para su pupilo y amigo, quien de hecho dedicó a Aleixandre Viento del pueblo en 1937 y al chileno El hombre acecha un año más tarde.

Nada de eso debió de gustarle a García Lorca, subraya Jesucristo Riquelme durante la conversación.

El catedrático publicó hace dos años De nobel a novel. Epistolario inédito de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández y a Josefina Manresa (Espasa, 2015), que documenta en 309 cartas la estrecha relación que sostuvieron ambos poetas y que Aleixandre conservó con la viuda, a quien asesoró para la publicación y difusión de la obra de Miguel Hernández, muerto hace 75 años, el 28 de marzo del 1942.

Ahora Riquelme presenta su trabajo de recopilación e investigación de más de una década. La Obra Completa de Miguel Hernández (Edaf, 2017), que corrige unos 3 mil errores de la edición publicada hace 25 años por Espasa Calpe. También incluye una treintena de textos nuevos, entre poemas, prosas literarias, discursos, cuentos infantiles, biografías de toreros y crónicas periodísticas, además de sus obras de teatro y un gran despliegue de ilustraciones, para recobrar la relación del poeta con la imagen.

Sobre las piezas periodísticas, sostiene que con ellas Hernández fue pionero del Nuevo Periodismo.

El investigador señala que es la edición “más limpia y certera” de las obras de Miguel Hernández y que ya era justo que un poeta de su talla, “siempre vigente y muy leído por los jóvenes”, tuviera una recopilación con esas características y no como las sendas versiones de Espasa Calpe y Losada, aunque admite que se siguen hallando textos inéditos del poeta nacido en Orihuela el 30 de octubre de 1910.

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