“Vengo de una familia que no es de músicos, eso es muy curioso. Con el pasar de los años fue que mis padres se dieron cuenta de que esta era mi vocación. Lo importante y lo bonito aquí es que nunca me dejaron solo, siempre estuvieron apoyándome en lo que más me gustaba. Yo no vengo de familia de músicos, pero eso sí, vengo de un lugar lleno de músicos, que es Oaxaca”, cuenta, desde Madrid, Nedley Robles, joven músico mexicano, reconocido el pasado 17 de junio como el alumno más sobresaliente de la Cátedra de Oboe Fundación Damm de la Escuela de Música Reina Sofía, una de las instituciones de música más importantes de Europa; con la Reina Sofía como Presidenta de Honor, destacados artistas en su profesorado (Francisco Araiza, Gustavo Núñez y Nobuko Imai, entre otros), una larga nómina de grandes exalumnos (el Cuarteto Quiroga, Pablo Ferrández y Paco Montalvo son una muestra mínima de esto) y nombres fundamentales, como Krzysztof Penderecki y Jordi Savall, que han dirigido las formaciones orquestales de la escuela.
Robles, que tiene el apoyo de la Fundación Albéniz y Pan American Energy como mecenas, y la beca de residencia de Santander México (todos los alumnos son becados al ganar la audición), ha construido un camino prometedor a sus 20 años. Desde su tiempo de formación, en el que integró proyectos con el impulso de la sociedad civil, hasta su paso por la Facultad de Música y, ahora, por la Escuela de Música Reina Sofía, ha perfilado, además, una visión de lo que podría aprenderse de una de las grandes instituciones artísticas del otro lado del Atlántico.

¿Cómo describe su tiempo de aprendizaje?
Nací en la ciudad de Oaxaca en 2004. Vengo de raíces zapotecas de la Sierra Norte de Oaxaca. Diría que mi acercamiento musical fue en el momento en que mi familia, cuando yo era muy pequeño, me llevaba a las Calendas, a las festividades que se hacen en la ciudad. Creo que allí fue donde agarré este gran gusto por la música.
A los seis años comencé en la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Libertad, es la escuela donde inicié con un profesor que se llama Mauro Ramírez, justamente en mi colonia. Mi educación musical continuó en el Centro de Iniciación Musical de Oaxaca. La Orquesta Infantil y Juvenil Libertad la lleva Mauro Ramírez, que es casi casi una institución, digamos, independiente. Él no cobra nada, es un profesor que enseña a niños por un gusto al arte, en mi colonia, en San Martín Mexicapan, Oaxaca, pero no es una institución que esté ligada al gobierno o al propio municipio. Es una cosa de gusto propio.
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¿Cómo se sostiene la Orquesta?
Se sostiene con los padres de familia. Aquí hay una comisión en la que los padres aportan a esa escuela, colaborando quizá con la limpieza del lugar o elementos básicos como el agua, la luz porque el sitio donde se toman clases es un amplio espacio que es propiedad del maestro.
Es muy importante que él tenga esta pasión de dar clase a los niños y jóvenes. Él ha formado gente que ahora, a lo mejor, ya tiene 40 o 50 años. Hay gente que está tocando en la Orquesta Sinfónica de Oaxaca. Hay gente que toca en otras orquestas del país. Realmente ha tenido un éxito en este sentido. Eso es muy bonito, eso no ha pasado, de lo que conozco allá en Oaxaca, en algún otro sitio, que exista ese tipo de voluntad para dar clase a niños de la comunidad.
¿Cómo fue el paso por el Centro de Iniciación Musical de Oaxaca (CIMO)?
Si mal no recuerdo, estuve alrededor de cinco años en esa institución. Ésa sí es gubernamental. Ahí tomaba clases con una flautista de la Banda Sinfónica del Estado de Oaxaca, Sara Ruiz. Tomaba clases con ella porque no había profesor de oboe en Oaxaca. No hay profesor en esa institución que te pueda enseñar oboe. En su momento, nada más tuve un oboísta, pero fue sólo un mes lo que me dio clase. De ahí, mi formación fue tocando en la banda sinfónica de la escuela, que es juvenil; allí me desarrollé en cuestiones de habilidad y musicalidad.
Yo salí de la ciudad de Oaxaca entre los 16 y 17 años de edad. Antes de irme a la Ciudad de México a estudiar a la Facultad de Música de la UNAM, colaboraba con la Banda de Música del Estado. La profesora de la que hablé, la flautista Sara Ruiz, fue importante para mí porque me conectó con muchos sitios en este lapso que va del Centro de Iniciación Musical a mi traslado hacia la Ciudad de México; ahí pude conectar con Rubén Luengas, que es director del proyecto Pasatono Orquesta, y a la vez estaba conectado a la Banda Sinfónica del Estado, donde hice una práctica de propia cuenta.
A lo mejor en su momento él vio algo en mí. Yo era el pequeño de su grupo. Así que me imagino que habrá pensado algo bueno de mí, que habría intuido, quizá, cosas buenas sobre mi futuro.
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¿Qué representa para usted Pasatono Orquesta?
Pasatono Orquesta es una orquesta de música festiva de la Mixteca. Rubén Luengas quiso salvar la música de alumnos de Carlos Chávez como Salvador Contreras, José Pablo Moncayo y Blas Galindo. No existía una orquesta mexicana tal cual en el formato que Carlos Chávez en su momento quería (por los años 30).
Básicamente, el proyecto es retomar este formato de música y el formato de la orquesta, que es la combinación entre instrumentos de orquesta e instrumentos indígenas.
¿Cómo se dio el salto a la Escuela Superior de Música Reina Sofía?
Para estudiar aquí en Madrid se dio el salto gracias a un concurso que realicé en 2022, un concurso dentro del Octavo Festival Universitario, que se hizo en noviembre de ese año. Uno de los sinodales era profesor asistente aquí, de la cátedra, que es oboísta principal de la Orquesta Nacional de España. Él fue sinodal y gracias a que él me escuchó en el concurso, del que fui finalista, nos hizo la invitación (a mí y a otra compañera) de hacer la audición. En su momento no era algo que yo tuviera planeado, no estaba pensando en irme al extranjero. Mi visión era conseguir mi título en la Ciudad de México y después hacer otras cosas. Si no fuera por eso y por el apoyo de mis profesores en la Facultad, no hubiera tomado esta decisión. Fue por eso, en general, que hice las pruebas y finalmente me quedé.
¿Cómo se siente con el reconocimiento que le dio la Escuela?
Ha sido muy especial para mí porque se trata de un largo trabajo desde que comencé a la edad de 6 años. Además, creo que es una mención que me motiva mucho a seguir adelante, básicamente yo podría decir que, si no fuera por mis padres, por la gente que me ha apoyado, no hubiera logrado todo esto y no hubiera estado aquí en España.
Aquí también es complicado vivir, pero en la escuela tenemos grandes oportunidades. En sí, me siento contento y feliz de que yo, como una persona mexicana y oaxaqueña, con esta influencia musical, esté logrando cosas y que, aparte de esto, gente mexicana esté logrando increíbles cosas, no sólo en la música sino en diferentes ámbitos: el arte, el deporte...
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¿Cómo describe las oportunidades de un mexicano para triunfar en el extranjero?
Hay muchas cosas en las que no hay dignidad hacia el arte. Mucha gente, por ejemplo, en Oaxaca, no tiene estas oportunidades que yo tuve, o gente que no ha podido formarse de manera profesional por falta de apoyo, la falta de educación y difusión, porque básicamente eso es el arte: compartir lo que haces.
¿Qué se requiere en México para que haya instituciones como la Escuela Reina Sofía?
Se trata de meterle un montón de fondos a las escuelas de música; primero desde las instalaciones, tener instrumentos, buenas condiciones, buenas cabinas para estudiar.
He escuchado a gente, por ejemplo, del Conservatorio Nacional, que ha tenido lugares horribles donde estudiar. Tú no vas a poder estudiar si no tienes una buena cabina o condiciones de climatización y de acústica, se necesitan instrumentos, cosas buenas para trabajar. Hay gente que a lo mejor sale al extranjero y no tiene apoyo del gobierno o de su municipio. Eso es lamentable. Al propio Centro de Iniciación Musical de Oaxaca ya no le están dando mantenimiento.
Yo creo que es cuestión de meterle un montón de dinero. En esta escuela, donde estudio, es a base de mecenas; la institución es muy fuerte gracias a que tenemos un montón de mecenas. Así que, yo creo que en el caso de México sería el apoyo total hacia las escuelas. Básicamente, que tengamos las mejores condiciones. Y creo que ese es un tema que se ha platicado desde hace muchos años atrás.
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